jueves, 3 de julio de 2008

Comunicación: Europa muestra las garras

En la Inglaterra liberal, casi dos tercios de la población (64%, investigación de Ipsos-MORI, noviembre de 2007) quieren mucho más severas las leyes de inmigración de las ya existentes.

Esta idea es compartida por la mayoría de los países de Europa occidental. Y ha sido la principal bandera de la extrema derecha de los partidos europeos para ganar los corazones y las mentes de los votantes.

En Italia, Berlusconi contó con la aprobación de 58% de la población (véase Angus Reid) para proponer esas medidas represivas violentas que podría ser consideradas fascistas: transformar la inmigración ilegal en un crimen, punible con 18 meses de prisión; penas 1 / 3 superiores a los inmigrantes de lo que son para los italianos; condenar a los que alquilan viviendas a inmigrantes ilegales a 4 años de prisión, 50 mil euros en multas y confiscación de bienes.

No es de extrañar que la lucha sin tregua a estos "extranjeros indeseables", acusados por él de delincuentes, ha sido uno de los principales temas de la campaña victoriosa de Berlusconi en las últimas elecciones.


Sarkozy ha adoptado la misma actitud, consagrada por los franceses en las urnas. Una vez elegido, decretó que los empleadores deberían poner fin a sus empleados sin papeles, bajo pena de multa de 15 mil euros y cinco años de prisión.

La aversión de la población europea por los inmigrantes, se explica en parte por el racismo, no siempre expresado, pero en general latente, heredado de la época colonial, cuando los africanos y asiáticos salvajes y bárbaros eran “civilizados” por los europeos condescendientes. Otra razón, quizá más importante, es el temor de que estos intrusos se llevarán los puestos de trabajo de la población local. De hecho, aunque los puestos de trabajo de nivel superior sean preferidos por los europeos, las personas con baja o nula calificación de África y América Latina no regularizados compiten con ventaja. Esto se debe a que aceptan salarios más bajos y más horas de trabajo (hasta el 60 por semana). Gérard Filoche, inspector de trabajo francés, cuenta de otras condiciones abusivas a las que son objeto los inmigrantes por temor a ser denunciado a la policía: horas no remuneradas, despidos injustificados, falta de las indemnizaciones y el trabajo nocturno y en fines de semana.

La nueva ley contra los inmigrantes ilegales, aprobada por un amplio margen en el Parlamento del viejo continente, bajo la presión de los gobiernos conservadores de Francia, Alemania, Italia e Inglaterra (Laboristas sólo en el nombre), los principales países de la Comunidad Europea, representa una amenaza violenta contra aquellos que buscan en Europa una vida más digna

Sólo los diputados socialistas, comunistas y Verdes se opusieron, criticando especialmente algunos aspectos, como la contención de los inmigrantes sin papeles (incluso los niños nacidos en el país) en los lugares de detención de hasta 18 meses hasta que sean deportados y la prohibición de regresar a Europa para una período de 5 años, incluso por vías de reglamentación, para los casos de fuerza mayor.


Sobre todo porque estas duras condenas desconsideran el tiempo en que los migrantes se encuentran en el país, si tienen familia, los niños, las empresas, hogares, viviendas, puestos de trabajo registrados - se han integrado en las comunidades locales, pagan impuestos -, se van a separar padres extranjeros de niños franceses.


Amnistía Internacional condenó la ley, entre otras razones por no garantizar el regreso de los emigrados en condiciones de seguridad y dignidad, pues serán arrancados de sus hogares y empleos en el país donde se encuentren para ser lanzados sin recursos en los países de origen.
Para la Obra Católica Portuguesa de Migraciones, "el derecho de las personas que luchan por la supervivencia no puede ser criminalizado".


En un artículo publicado en The Guardian de Londres, Evo Morales recordó que América Latina recibió en 2006, 68 millones de dólares de los inmigrantes de sus países, más que el total de la inversión extranjera en la región. "Mi país, Bolivia, recibió un total equivalente al 10% de su PIB", añadió. De este modo, la legislación discriminatoria del Parlamento en Estrasburgo, tiende a causar grandes daños precisamente en las naciones donde la pobreza, que los países ricos de Europa dicen combatir, constituye un problema particularmente grave.

Como se ha visto, incluso antes de la aprobación de la ley, Francia e Italia ya estaban participando en la expulsión de los extranjeros indeseables. Otros países deberán seguir su ejemplo. El resultado es que un torrente de 8 millones de africanos, latinoamericanos y asiáticos sin documentos, que se calcula existen en Europa, regresarán a los países pobres de donde provienen, donde el desempleo y las condiciones de vida tienden a ser muchas veces peor que en el bloque de 27 naciones de la Comunidad. Los problemas sociales y económicos resultantes serán incalculables, aun teniendo en cuenta la fragilidad de las estructuras de estos países.

Después de siglos, primero escravizando y luego explorando sin piedad África, América Latina y partes de Asia, Europa no parece haber agotado su arsenal de desgracias.

Algunos líderes latinoamericanos recordaron, que Europa debe gratitud a los países del Sur, hemos recibido 19 y 20 siglos, millones de ciudadanos italianos, portugueses, franceses, alemanes, españoles, británicos y de otras nacionalidades, que vinieron aquí en busca de mejores oportunidades que sus países no ofrecían.

Pero en la Europa de Berlusconi, Sarkozy, Angela Merkel y Gordon Brown, "gratitud" no es un argumento que merece ser tenido en cuenta.

Escrito por el periodista Luiz Eça

1 comentario:

Anónimo dijo...

Aviso: hoy se suspenden ls clases de nocturno.