viernes, 28 de noviembre de 2008

TIPOS DE MICRÓFONOS



¿Cardiode, condensador, dinámico, omnidireccional...? ¿Qué significan todos estos términos? Todos los micrófonos sirven para grabar, sí, pero si escogemos bien el tipo de micrófono necesario para cada aplicación, conseguiremos multiplicar la calidad de los resultados... simplemenete variando el micrófono usado para cada menester. Veamos qué características ofrece cada tipo, y qué beneficios aporta la elección de unos u otros para cada ocasión.


TIPOS DE MICRÓFONOS

INTRODUCCIÓN



Los micrófonos son transductores electroacústicos que se ocupan de transformar la presión sonora ejercida sobre su cápsula en energía eléctrica. La membrana o diafragma es un elemento fundamental que está presente en cada uno de ellos. Las diferencias que estriban entre los diferentes tipos de micrófonos se basan principalmente en la sensibilidad que son capaces de proporcionar, que están directamente ligadas a la capacidad del micrófono de capturar las oscilaciones mecánicas que provienen de la membrana, y transformar proporcionalmente con éxito dichas oscilaciones en energía eléctrica... intentando conservar la dinámica original de la fuente que deseamos capturar. Como bien parece, no es nada sencillo de conseguir, y desde su nacimiento, el micrófono ha experimentado una larga carrera en busca de la perfección sonora. Este hecho ha desencadenado, por un lado, que los micrófonos hayan llegado a una calidad ya bastante considerable a día de hoy, y por otro, que su tipología se haya fragmentado buscando el mayor rendimiento para cada aplicación en concreto.



En este texto intentaremos desglosar los diferentes tipos de micrófonos, las características que los diferencian, y el tipo de aplicaciones que se ven favorecidas por el uso de uno u otro tipo, aunque abordando el tema de una modo más técnico que práctico, con el fin de conocer los pilares fundamentales de la microfonía antes de ponernos manos a la labor.

EL MICRÓFONO DINÁMICO



En el magneto-dinámico, comúnmente llamado dinámico, la ondas sonoras generan el movimiento de un delgado diafragma metálico y una bobina de hilo conductor. Un imán produce un campo magnético que rodea la bobina, y el movimiento de ella dentro de ese campo induce un flujo de corriente. El principio es el mismo que la producción de electricidad por las compañías de distribución, pero en una escala miniaturizada. Es importante recordar que la corriente se produce por el movimiento del diafragma, y la cantidad de corriente está determinada por la velocidad de este movimiento. Este tipo de micrófonos es conocido como sensitivos a la velocidad.



En función de la eficacia del micro en su conversión de la onda acústica a eléctrica, podemos distinguir dos grupos:



Micrófonos dinámicos de bobina: En ellos, una pequeña bobina recoge el movimiento de la membrana o diafragma y, al moverse ésta, se genera una corriente. Las ventajas son un coste razonable, robustez, uso sencillo, duro (admiten niveles alto de presión sin saturar) y resistencia de salida baja. Los inconvenientes son una frecuencia algo irregular (con picos) y una sensibilidad alta a golpes y vibraciones. Suelen usarse para instrumentos muy sonoros, así como captaciones en exteriores (por su arquitectura robusta); pueden ser conectados mediante largos cables.



Micrófonos dinámicos de cinta: La diferencia con los de bobina es que el conductor es una cinta metálica en lugar de la bobina. Las ventajas son su robustez también y un refuerzo notable de frecuencias medias y bajas. Los inconvenientes radican en su peso, irregularidad y pobreza en agudos. No se recomiendan para instrumentos muy sonoros.





EL MICRÓFONO DE CONDENSADOR



En un micrófono de condensador, el diafragma está montado junto a una placa (que puede estar agujereada o no), pero sin llegar a tocarla. Una pila está conectada a ambas piezas de metal, la cual produce una diferencia de potencial eléctrico, o carga, entre ellas. La cantidad de esta carga está determinada por el voltaje de la pila, el área del diafragma y la placa y la distancia entre ambos. Esta distancia cambia si el diafragma se mueve como respuesta al impacto de las ondas sonoras. Cuando la distancia cambia, la corriente fluye por el hilo conductor (mientras la pila continúe administrando la misma diferencia de potencial). La cantidad de corriente es básicamente proporcional al desplazamiento del diafragma, y tan diminuta, que debe ser amplificada antes de abandonar el micrófono.





Suelen tener pérdidas de señal si usamos cables de longitud superior a un metro; por este motivo llevan a menudo incorporado un preamplificador inmediatamente detrás del condensador.



Las ventajas son una respuesta plana, gran fidelidad, buen comportamiento en agudos y ataques, buenas relaciones señal/ruido, poco sensibles a las vibraciones y reducido tamaño. Los inconvenientes se centran en su sensibilidad a la humedad, necesidad de alimentación, frágiles y elevado precio. Se aplican en prácticamente todas las captaciones profesionales.



Micrófonos Electret



Es una variante común de los micrófonos de condensador, que emplea un material que confiere carga permanentemente al diafragma. Este material suele ser algún tipo de plástico, y se le denomina Electrito. A menudo manipulamos plásticos cargados permanentemente cuando desenvolvemos un paquete retractilado. Muchos plásticos son conductores cuando están calientes y aislantes cuando está fríos. El plástico es un buen material para fabricar diafragmas por su fiabilidad reproduciendo especificaciones bastante precisas (algunos de los micrófonos más populares llevan incorporados diafragmas de plástico). Por esto no necesitan alimentación aunque sigue siendo preciso el uso de un preamplificador que sigue solicitando corriente, pero en este caso es suficiente con una pila encerrada en la carcasa del propio micrófono. Las ventajas son un precio más asequible y menor sensibilidad a la humedad. El mayor inconveniente de los electritos es que pierden la carga después de algunos años y dejan de ser operativos, además de tener peores respuestas de agudos y menor sensibilidad en general.

ESPECIFICACIONES DE LOS MICRÓFONOS



No existe ninguna ventaja inherente al uso de un tipo de micrófono sobre otro en cuanto a la fidelidad de captación. Los de condensador requieren el uso de baterías desde la mesa (alimentación fantasma) para funcionar, lo que, en ocasiones, supone una traba en el trabajo; los dinámicos necesitan protección por la dispersión de los campos magnéticos, que los hace un poco duros a veces. Sin embargo, se pueden encontrar micrófonos muy buenos en ambos estilos. El factor más importante en la elección de un micrófono es cómo suena en la aplicación para la que se va a utilizar. Deben considerarse los siguientes apartados:





Sensibilidad



Esta es la medida de la cantidad de salida eléctrica que se produce por la toma de un sonido. Esta es una especificación vital si estamos intentando captar sonidos muy tenues, como por ejemplo, una tortuga haciendo burbujas con la boca en su jaula, pero es un asunto que debe tenerse en cuenta siempre. Si colocamos un micro poco sensible frente a un instrumento que produzca un sonido tenue, como podría ser una guitarra acústica, tendremos que incrementar la ganancia en la mesa, añadiendo ruido a la mezcla. Por otro lado, un micrófono muy sensible para las voces podría saturar las entradas electrónicas de la mesa o el multipistas, produciendo distorsión.





Características de la saturación



Cualquier micrófono distorsionará si se sobrepasa su umbral de captación con sonidos muy fuertes. Esto sucede por varios factores. Con un dinámico, la bobina puede salirse del campo magnético; en uno de condensador, el amplificador interno puede recortar la señal. Una saturación mantenida o sonidos extremadamente intensos pueden distorsionar permanentemente el diafragma, degradando la respuesta a niveles ordinarios. Los sonidos fuertes se encuentran más a menudo de lo que pensamos, especialmente si colocamos el micrófono cerca de los instrumentos (¿quién se atreve a poner el oído en la campana de una trompeta?) Normalmente debemos elegir entre alta sensibilidad y altos puntos de saturación, aunque, en ocasiones existen interruptores en los micrófonos para afrontar estas situaciones diferentes.





Linealidad o distorsión



Esta es la característica que aumenta el precio de los micrófonos. Las características de la distorsión de un micrófono están determinadas, sobre todo, por el cuidado con que se ha construido y montado el diafragma. Los altos volúmenes pueden arruinar un micrófono perfectamente válido, pero la distorsión de funcionamiento es un asunto de suerte. Muchos fabricantes tienen numerosos modelos para lo que es el mismo componente. Ellos fabrican una partida y luego realizan los controles de calidad para poner un precio "premium" a los que pasan dicho control. Las firmas grandes desechan cápsulas que no cumplen con sus normas internas (si compramos un Neumann, realmente estamos pagando por cinco).



Ningún micrófono es perfectamente lineal; lo mejor que podemos hacer es conseguir uno cuya distorsión complemente el sonido que estamos intentando grabar. Este es un de los factores que convierten una grabación doméstica en una profesional.





Respuesta en frecuencia



Una respuesta de frecuencia plana ha sido el principal acierto de los fabricantes de micrófonos en las últimas cuatro décadas. En los años cincuenta, los micrófonos eran tan malos, que los fabricantes de mesas de mezclas comenzaron a añadir ecualizadores a cada entrada para compensar las desviaciones. Este esfuerzo ha sido recompensado ahora hasta el punto que los micrófonos más profesionales son respetablemente planos, incluso con sonidos captados frontalmente. La mayor excepción son los micrófonos que enfatizan deliberadamente ciertas frecuencias que son usuales en ciertas aplicaciones.





Ruido



Los micrófonos producen una muy pequeña cantidad de corriente, que toma sentido cuando consideramos como electricidad las partes móviles que deben preceder con exactitud a las ondas sonoras. Para ser operativa tanto en el sentido de la grabación como en otros procesos electrónicos, la señal debe ser amplificada por un factor que oscila alrededor del millar. Cualquier ruido eléctrico producido por el micrófono será también amplificado, por eso, pequeñas cantidades de ruido son intolerables. Los dinámicos están libres de ruido, pero el circuito electrónico integrado en los de condensador es una potencial fuente de problemas, y debe ser cuidadosamente diseñado y construido con piezas de calidad excelente.



El ruido además incluye captaciones indeseadas de vibración mecánica a través del cuerpo del micrófono. Diseños muy sensibles requieren monturas elásticas para las sacudidas, y los micrófonos concebidos para ser llevados en la mano necesitan poseer este tipo de monturas encajadas en su interior.



La más común fuente de ruido asociada a los micrófonos es el cable que los conecta a la mesa de mezclas o al multipistas. Un micrófono preamplificado es muy similar a un receptor de radio, por eso, debe prevenirse que el cable se convierta en una antena. La técnica básica es rodear el cable que lleva la corriente desde el micro hasta la mesa con una malla metálica que desvía una gran cantidad de energía de radio (la conocida jaula de Faraday).



Una segunda técnica, que es más efectiva para los zumbidos en bajas frecuencias inducidos por las compañías de distribución eléctrica en el equipo, es balancear la línea. La corriente producida por el micrófono fluirá por uno de los cables del par entrelazado, y regresará por el otro. Cualquier corriente inducida en el cable desde una fuente externa tenderá a fluir de la misma manera por ambos cables, y las corrientes se cancelarán unas a otras en los transformadores. Este método es caro.





Niveles



La salida de los micrófonos tiene, por necesidad, una señal muy débil, del orden de -60 dB (la potencia producida por una presión de 9,87 µatm ejercida por un sonido). La impedancia de salida dependerá de la existencia de un transformador balanceado a la salida. Si no es así, el micrófono se llamará de "alta impedancia" o "alta Z" y tendrá que ser conectado a una entrada apropiada. El cable empleado debe ser corto, menor a tres metros, para evitar problemas de ruido.



Si el micrófono tiene transformador, se etiquetará como de "baja impedancia", y trabajará mucho mejor con una entrada balanceada de micro preamplificada. El cable puede tener decenas de metros sin ningún tipo de problemas (salvo que los propios cables estén en mal estado). Los micrófonos de baja impedancia y salida balanceada son caros, y generalmente se utilizan para aplicaciones profesionales.



Las salidas balanceadas deben tener tres conectores (enchufes tipo "canon") pero no todos los micrófonos con estos conectores están balanceados.



Los que tiene clavijas normales tipo jack o miniaturizadas, son de alta impedancia. Un micrófono balanceado puede ser usado en una entrada de alta impedancia mediante un adaptador apropiado.



La diferencia fundamental entre un equipo doméstico y otro profesional es la inclusión de un transformador en la mesa de mezclas. Los transformadores no son caros, por lo que se pueden comprar para añadirlos al equipo, siempre que sepamos lo que estamos adquiriendo y no nos confundamos con un adaptador para para los conectores. Con esta configuración, se puede trabajar con micrófonos de calidad profesional, tirar cables de hasta 30 metros sin zumbidos y, si los transformadores elevan la señal un poco, realizar grabaciones con mucho menos ruido. Este sistema no funcionará con la mayoría de multipistas, porque la señal fuerte produce distorsión. Aunque la mesa tendrá otros problemas, es un buen punto de partida para afrontar grabaciones de alta fidelidad.





MODELOS DE CAPTACIÓN



Mucha gente tiene la concepción errónea que los micrófonos sólo captan el sonido de fuentes colocadas frente a ellos, como sucede con las cámaras fotográficas y sus lentes. Esta sería una maravillosa característica si fuese cierta, pero la verdad es que lo único que podemos hacer es aproximarnos a este ideal en detrimento de otros matices igualmente deseables.



Los tipos de micrófonos responden a gráficas polares de la salida producidas contra el ángulo de la fuente sonora. La salida se representa por el radio de curvatura en el ángulo de incidencia.





Omnidireccional (de presión)



El diseño más simple de micrófono captará todos los sonidos, sin tener en cuenta el punto de origen. Este es el conocido micrófono omnidireccional. Son fáciles de usar y tienen excepcionales respuestas de frecuencia.





Bidireccional (de gradiente)



No es difícil producir un tipo de captación que acepte sonidos provenientes frontalmente o desde la parte de atrás del diafragma, pero que no recoja nada proveniente de los laterales. Esta es la manera en que cualquier diafragma se comportará si el sonido lo golpea anterior y posteriormente de igual modo. El rechazo de sonido indeseado es la característica más factible de cualquier diseño, pero el hecho que el micrófono capte sonido desde ambos extremos complica su uso en algunas situaciones. A menudo se coloca por encima del instrumento. La frecuencia de respuesta es tan buena como en un omnidireccional, incluso para sonidos que no están demasiado cerca del micrófono, aunque presentan efecto proximidad, que dificulta su uso en tomas de poca distancia. Potencian los graves (suelen ir provistos de un selector de filtro de graves).





Cardioide (concentrador de haz)



Este tipo es popular para reforzar el sonido de conciertos donde el ruido de la audiencia es un problema presente. El concepto es muy bueno, un micrófono que capta los sonidos hacia los que está enfocado. La realidad, lamentablemente es distinta, el primer problema es que esos sonidos que llegan desde detrás no están completamente anulados, sino simplemente atenuados entre 10 y 30 dBs; y esto puede sorprender a usuarios descuidados. El segundo problema (muy importante) es que este tipo de captación varía con la frecuencia. Para bajas frecuencias, se comporta como un omnidireccional. Un micrófono direccional en el rango de las bajas frecuencias será equitativamente grande y caro. Además, la respuesta de frecuencia para señales que lleguen desde la parte anterior y laterales, será distinta; añade una coloración indeseada a los instrumentos ubicados en los extremos de la orquesta, o a la reverberación de la sala.



Una tercera circunstancia, que puede ser un problema o un efecto deseado, es que el micrófono enfatizará las los componentes de bajas frecuencias provenientes de cualquier fuente situada cerca del diafragma (efecto proximidad). Muchos cantantes y locutores se aprovechan de este efecto para añadir algo más de cuerpo a una voz poco potente.



También hay que destacar el tamaño del micrófono, de manera que los diseños largos son más precisos en el equilibrio de la respuesta de frecuencia anterior y lateral pero también son los más enfatizadores del efecto proximidad. Muchos micrófonos cardioides llevan incorporado un interruptor que activa un filtro pasa bajos muy abierto, para compensar el efecto proximidad. Olvidar esto puede causar efectos angustiosos. Los micrófonos bidireccionales también presentan este fenómeno.



A mayor radio del diafragma, menor es el efecto amplificador de las bajas frecuencias debido al efecto proximidad.





Hipercardioide



Es posible exagerar la orientación de la captación en los micrófonos cardioides, si no nos importa exagerar también algunos problemas. El tipo hipercardioide es muy popular porque ofrece una respuesta de frecuencia más plana y mejor rechazo global a costa de un pequeño lóbulo trasero de captación. Este es, a menudo, un buen compromiso entre el cardioide y los micrófonos bidireccionales. Un micrófono del tipo "escopeta" lleva esas técnicas a extremos montando un diafragma en mitad del tubo (bastidor). Es extremadamente sensible a lo largo del eje principal, pero posee lóbulos extras que varían drásticamente con la frecuencia. De hecho, la respuesta de frecuencia de este tipo es tan mala que, normalmente, está electrónicamente restringido al rango de la voz humana, donde se usa para grabar diálogos y narraciones en cine y video.





Escopeta (o cañón)



Caracterizados por una alta directividad. La diferencia de caminos de la onda que provoca el desfase se produce en un largo tubo situado frente al diafragma. Este tubo dispone de unas ranuras por las que recibirá la señal, de modo que finalmente el diafragma recibirá señales cortas por el frente, señales medias laterales a medio tubo y señales laterales largas al final del mismo. Son especialmente útiles para exteriores o lugares de escasa reverberación.





Estéreo



No se necesita un micrófono especial para grabar en estéreo; con un par de micrófonos normales basta. En realidad, los denominados micrófonos estéreo, son dos cápsulas montadas en el mismo bastidor. Existen dos tipos: los profesionales y carísimos montados en una misma caja, con ángulos de cápsula ajustables e interruptores de control remoto sobre los tipos de captación, y las unidades más económicas (a menudo con las cápsulas orientadas 180 grados) que pueden venderse a altos precios porque llevan impresa la palabra estéreo sobre la montura. [Hay un artículo en este sitio que se ocupa de las técnicas de grabación estéreo].





EN RESUMEN



Con esta guía se pretende orientar al lector en el uso de los diferentes tipos de micrófono que existen en base a su construcción y su direccionalidad. Hay una serie de recomendaciones acerca de qué tipo de micro usar dependiendo del instrumento que pretendamos capturar, aunque de nuevo la experimentación se convierte en la mejor manera de decidir por uno mismo qué micro es apropiado para cada ocasión, o qué conjunto de micrófonos usaremos dependiendo de factores como la colocación, el nivel spl que el instrumento arroja, el tipo de sala, etc.



Es recomendable disponer al menos de micros dinámicos y de condensador para las aplicaciones más comunes que podemos encontrarnos en la etapa de grabación. No hace falta que éstos sean un estándar en el mercado, ya que gracias a la incesante avalancha de micrófonos que provienen de los mercados orientales, que gozan de una calidad/precio difícil de igualar, podemos disponer de un equipo de microfonía completo sin falta de grandes desembolsos por nuestra parte.



Si nos fijamos, veremos que en el mercado existen micrófonos de condensador que ofrecen varios patrones polares en una misma unidad, o varias cápsulas intercambiables, como es el caso de los micrófonos de "lápiz". De este modo, se puede adecuar la respuesta del micrófono a la señal que pretendamos capturar, en base a la direccionalidad.



De todos modos, es importante recordar recordar que un buen micrófono está "cojo" si no va acompañado de un previo acorde a su calidad. Intentemos caer en la tentación de invertir en buenos micrófonos, si vamos a dejar un pequeño porcentaje del presupuesto para los previos. Mejor opción es adquirir micros y previos de calidad semejante, si la inversión es a medio/largo plazo. Si se trata de adquisiciones a corto plazo, quizá sea mejor invertir en bueno micrófonos, ya que estos nos acompañarán a lo largo de muchos años, y cuanto antes empecemos a conocer su funcionamiento y sonido, mejor que mejor.

extraído de http://www.sonidoyaudio.com/sya/vp-tid:2-pid:19-tipos_de_microfonos.html

miércoles, 26 de noviembre de 2008

Sony Vegas Tutorial

Les dejo un tutorial de Vegas en Español para poder hacer la Entrega de Sonido..Suerte!!!







Actualidad y aportaciones de la Escuela de Frankfurt

Análisis del pensamiento de los frankfrutianos como fondo teórico para comprender algunos de los problemas de nuestro presente, y discusión de algunas de sus aportaciones a la historia de la filosofía.

A partir de la panorámica que se presenta en esta sección, podrían señalarse algunos aspectos teóricos en los que aún es posible recuperar el pensamiento de los frankfurtianos, y especialmente de Adorno y Horkheimer. Desde nuestro punto de vista cabe hablar al menos de los siguientes puntos:
Pensamiento crítico
Gráfico de la evolución del pensamiento de los frankfurtianos. Click para ampliar.
Gráfico de la evolución del
pensamiento de los frankfurtianos.



En primer lugar, destacar la necesidad de fomentar un pensamiento crítico. Puede que la necesidad de la crítica sea una constante a lo largo de la historia, y no un rasgo exclusivo de los momentos actuales. Con todo, la actitud vital y la disposición teórica de Adorno y Horkheimer pueden servirnos como modelos de una labor intelectual honesta y a la altura de las circunstancias. Para ellos la crítica consiste en aplicar el pensamiento dialéctico, en buscar siempre “lo otro” o “lo negativo” de lo que se nos presenta con pretensiones de verdad o validez. Y este tipo de pensamiento, permanentemente dispuesto a evaluar todo lo que se presenta ante sus ojos, sigue siendo hoy tan necesario como hace 60 años. Y no se trata tan sólo de repetir las críticas que construyeron los frankfurtianos, algunas de las cuales gozarían de plena vigencia, sino de desarrollar también esta capacidad crítica para enfrentarse a la realidad actual. La lectura de sus obras puede ayudarnos, sin lugar a dudas, a despertar un sentido crítico que nos hará huir de todo tipo de dogmatismos, pues la crítica estará más cercana a la negatividad que a la afirmación de un proyecto dado.
Relación entre teoría y práctica

En segundo lugar, nos parece también importante la superación de la dicotomía tradicional entre teoría y praxis. Esta idea, heredada del marxismo, supera también la vieja concepción de la filosofía como un mero ejercicio especulativo y desvinculado de la realidad en la que surge. El intelectual, el filósofo, el artista, el literato... Todos ellos contribuyen con su labor a la evolución y transformación de la sociedad. La práctica genera una teoría que a su vez es capaz de modificar aquello que pretende explicar. De la misma manera que la teoría “nace” rodeada de una serie de circunstancias (económicas, sociales, políticas, culturales, artísticas) que la conforman, el pensamiento es capaz también de cambiar aquella realidad que pretende estudiar. Teoría y praxis son dos caras de una misma moneda, lo que le da aún más sentido a las inquietudes teóricas de los frankfurtianos. Y esto no consiste sólo en dar una nueva respuesta a las clásica pregunta sobre el para qué del pensamiento, sino de abrir nuevas vías tanto para la investigación teórica como para la comprensión de la realidad social e histórica de la que somos herederos.
Actualidad de la ilustración

Un tercer aspecto que aún tenemos planteado, y con el que tenemos que enfrentarnos, es el llamado problema de la Ilustración. La emancipación y la autonomía que este movimiento histórico señaló como objetivos, no se han logrado todavía, del mismo modo que aún estamos lejos de vivir en las sociedades justas e igualitarias asociadas a la Ilustración. Auschwitz y la persecución nazi dieron un nuevo giro de tuerca a este problema, tal y como supieron ver Adorno y Horkheimer en DI. La repetición en nuestra actualidad de este tipo de procesos y fenómenos ha llevado a un profundo cuestionamiento de la Ilustración, y, en definitiva, de toda la tradición filosófica occidental.

La discusión sobre la modernidad o la posmodernidad puede considerarse una consecuencia más del problema de la Ilustración. Eliminar aquellos aspectos que conducen al horror (y el dogmatismo de la razón puede ser uno de ellos) y saber conservar los momentos de verdad que aún puedan existir en este movimiento es, en palabras de Adorno y Horkheimer, una de las tareas más urgentes de nuestro tiempo. La pretendida superioridad de la civilización occidental choca una y otra vez con sucesos en los que se sigue comprobando la barbarie y el horror. El alumbramiento de la Ilustración es un proceso complicado, pero, nos guste o no, pertenecemos todavía a ese momento, por lo que no podemos eludir los problemas subyacentes al mismo.
Pensar el arte y la religión

Un cuarto aspecto a tener en cuenta es la reflexión sobre el arte y la religión . Aun cuando ambas reflexiones representan, tanto en Adorno como en Horkheimer, la renuncia a la capacidad de la razón humana, resultan ambas especialmente fecundas. La Teoría estética de Adorno se ha convertido en una obra de referencia obligada en las cuestiones que rodean al arte, su producción y su recepción. Por otro lado, no hace falta referirse a recientes fenómenos históricos para fundamentar la necesidad de pensar la religión, y de abordar los problemas que desde la misma se plantean. Siempre, por supuesto, desde la perspectiva crítica de la que hablábamos antes. Volver a plantear las relaciones entre la religión y la sociedad, religión y política o religión y moral, sigue ofreciendo dificultades que deben ser superadas por medio del diálogo, evitando posturas extremas y dogmáticas, como aquellas que identifican una religión particular con la verdad, o aquellas que rechazan (sin una reflexión previa) todo aquello que provenga de la religión.
Habermas como alternativa
Jürgen Habermas
Jürgen Habermas

Todo este potencial teórico de la Escuela de Frankfurt, se puede comprobar, de un modo paradigmático, en toda la filosofía de Jürgen Habermas. Aunque su evolución y sus inquietudes hayan desbordado, en cierto modo, el marco de la escuela, es innegable que su trabajo inicial comienza dentro de la misma. La misma construcción de la razón comunicativa puede ser interpretada como un intento de superar el callejón sin salida en el que nos había dejado la oposición entre la razón instrumental y la razón objetiva. Igualmente, la filosofía de Habermas representa una defensa sistemática y seria de la modernidad y de todo el proyecto ilustrado.

Su Teoría de la Acción Comunicativa es para muchos una de las mayores aportaciones a la ética de la segunda mitad del siglo XX, y sigue siendo todavía objeto de controversias y encendidos debates. La presencia de Habermas en muchos de los problemas a los que ha tenido que enfrentarse la civilización occidental (problemas sociales, políticos, y económicos, pero también discusiones sobre las últimas técnicas genéticas) es un claro símbolo de la fertilidad de los planteamientos de la Escuela de Frankfurt. Por otro lado, las reflexiones actuales de la misma siguen manteniendo, pese al paso del tiempo y la correspondiente evolución, el mismo espíritu crítico que siempre caracterizó a los autores de la Escuela.
Extaído de http://www.boulesis.com/especial/escueladefrankfurt/pensamiento/aportaciones/

Escuela de Frankfurt

Del proyecto de la Teoría crítica al desengaño de la razón

Ideas centrales que configuraron el marco filosófico en el que debía haberse desarrollado la actividad de los miembros de la Escuela, con la posterior evolución hacia posiciones más escépticas respecto a las posibilidades de la razón humana.
Heterogeneidad de los autores

Lo primero que hay que advertir, es que reunir en una sola exposición a autores tan extremadamente complejos como Adorno, Pollock, Horkheimer, Fromm o Marcuse, es sencillamente imposible. La Escuela de Frankfurt nunca fue una escuela en sentido cerrado, en la que todos hubieran de tomar las mismas líneas de investigación o los mismos presupuestos teóricos. Lo que unía a los autores de la escuela, era la intención de desarrollar un pensamiento crítico y reflexivo, inspirado en el pensamiento marxista. A partir de aquí, la libertad primó sobre la necesidad de sistematizar, y los miembros de la escuela desarrollaron pensamientos heterogéneos. Esta heterogeneidad no fue siempre fácil de armonizar: baste recordar que Fromm y Marcuse salieron de la Escuela por desavenencias en la interpretación de autores como Freud o Heidegger. Así, a la hora de destacar los temas centrales de la escuela, cabría la posibilidad de escribir tantos trabajos distintos como miembros tuvo la escuela. Con todo, puesto que no es ese el objetivo de este especial, nos centraremos en el proyecto de teoría crítica, tal y como fue formulado por Horkheimer, y su mínimo desarrollo a lo largo de los años 30.
La interdisciplinariedad del proyecto de Teoría Crítica
Gráfico sobre la Teoria Crtitica interdisciplinar


El proyecto original de Horkheimer aparece formulado, entre otras obras, en Teoría tradicional y teoría crítica y en Materialismo, metafísica y moral. Horkheimer no transformó sustancialmente el proyecto originario del Instituto para la Investigación Social. Pero sí que se puede decir, que la orientación predominantemente sociológica dio lugar a un enfoque más filosófico. Así una de las ideas centrales seguirá siendo la interdisciplinariedad. Si de transformar la sociedad se trata, si “introducir razón en el mundo” es uno de los objetivos de la escuela, un conocimiento lo más científico posible de la misma será una condición indispensable. Esta interdisciplinariedad se concretará en tres disciplinas fundamentales, que podrán verse complementadas por otras secundarias.
La Sociología

Así, en primer lugar, la sociología sigue siendo un instrumento indispensable. Esta ciencia, desarrollada desde presupuestos marxistas, deberá buscar líneas de investigación que muestre precisamente “lo otro” de la sociedad. Desde los presupuestos dialécticos asumidos con la escuela, totalizar un objeto de estudio tan complejo como la sociedad es falsearla. Por eso los proyectos concretos se centrarán en las formas de opresión o marginación presentes en la sociedad. Un buen ejemplo de todo esto lo podemos encontrar en los estudios sobre el antisemitismo llevados a cabo por Adorno y Horkheimer. Además de su valor sociológico, son una crónica excepcional de los mecanismos utilizados por el nacionalsocialismo en la construcción de un “sentimiento social” y de todo un sistema destinado a la marginación y exterminio de un grupo determinado. La sociología, por tanto, debe mantener la crítica de la sociedad. No es su función simplemente describir el todo social, sino precisamente impulsar su transformación al sacar a la luz lo que los instrumentos ideológicos pretenden esconder. Lo negativo de la sociedad deberá apuntar aquello que debe cambiar. Con el paso del tiempo, esta concepción de la sociología sería el centro de la llamada Disputa de la Sociología alemana, en la que la teoría crítica de los frankfurtianos (Adorno-Habermas) se enfrentó con el racionalismo crítico (K. Popper-H. Albert). Los puntos de vista de estos 4 autores aparece en un libro ya convertido en clásico: La disputa del positivismo en la sociología alemana.
El psicoanálisis

Como complemento a esta perspectiva crítica de la sociedad, se hacía también necesario lograr una comprensión adecuada del individuo. Para ello, se tomó a Freud como referente y se encargó a Erich Fromm la tarea de armonizar las ideas esenciales del psicoanálisis con los presupuestos marxistas. La elección del psicoanálisis no fue, a este respecto, casual. Si una de las críticas más importantes del marxismo denunciaba la alienación que sufría el proletario dentro de las sociedades capitalistas, el psicoanálisis también apuntaba la función represiva de la sociedad sobe los impulsos del individuo. El psicoanálisis y el marxismo se complementaban a nivel teórico en su dimensión crítica, tal y como supieron ver los frankfurtianos. Con todo, ambos pensamientos eran también divergentes, y estas diferencias fueron las que, con el tiempo, provocaron la salida de Fromm del Instituto para la Investigación Social. La interpretación de Fromm, influida quizás por prejuicios de tipo religioso o moral, restaba importancia a conceptos como el de libido y presentaba una visión del psicoanálisis que a los ojos del resto de frankfurtianos no era fiel a los textos de Freud, por lo que Horkheimer y Adorno se fueron distanciando de Fromm. Para ellos, el potencial crítico del psicoanálisis había sido sustituido por una divagación cuyos resultados no eran nada claros.
La economía

Con la psicología y la sociología, se había logrado una visión adecuada del individuo y la sociedad. Sin embargo, era necesario encontrar una forma de enlazar ambas perspectivas, encontrando algún objeto de estudio en el que individuo y sociedad interactuaran. Tal y como aparece en el proyecto de Horkheimer, esta ciencia debía ser la economía, disciplina en la que los frankfurtianos contaban con la colaboración de Friedrich Pollock. En la economía individuo y sociedad establecen relaciones entre sí, de modo que es un lugar idóneo para estudiar las relaciones entre ambos. El individuo influye en la sociedad a través de la economía, y a la vez la sociedad afecta a la vida de los individuos también por medio de la economía, por lo que su estudio completa este proyecto interdisciplinar que animó a los frankfurtianos desde el principio.

Aunque las tres disciplinas de las que hemos hablado son el hilo conductor de la Teoría Crítica , tal y como la entiende Horkheimer, no se puede olvidar que se abre también la posibilidad de que intervengan otros enfoques que siempre pueden servir como complemento. Así, los tratados teológicos de P. Tillich, o los estudios musicales de Adorno, eran también incluidos dentro de este proyecto. De hecho, el IIS siempre estuvo abierto a la participación de más autores, entre los que cabe destacar, por citar un solo ejemplo, a Walter Benjamin, cuyos estudios sobre estética y sobre filosofía de la historia ejercieron una influencia notable sobre el pensamiento de Adorno.
Pensamiento crítico y reflexivo

Junto a la interdisciplinariedad que acabamos de comentar, hay que destacar también dos características fundamentales: la reflexividad del pensamiento y su dimensión crítica. El pensamiento debe nacer, a ojos de Horkheimer, a partir de las contradicciones de la realidad, desde todo aquello que nos hace pensar una sociedad distinta. El materialismo del que hablan los frankfurtianos no es, ni mucho menos, una teoría física sino sociológica. La sociedad misma señala los temas y las líneas de investigación en aquello que reprime, en aquello que silencia, y una sociología a la altura de su tiempo debe atender precisamente a estos mecanismos de dominación de la sociedad, para rescatar la verdad de lo que oculta. Por eso, el pensamiento debe ser crítico y reflexivo. Crítico no como negación directa de la realidad, sino como renuncia a una aceptación irreflexiva de la realidad (social) tal y como se nos presenta. La crítica parte siempre de una sencilla proposición: “otra sociedad es posible”. Sólo en la medida en que es crítico puede el pensamiento también ser reflexivo. Sólo naciendo de la injusticia misma puede llegar a modificarla, a transformarla, superando así la dicotomía teoría-práctica. Un pensamiento materialista y práctico no es una pura especulación teórica, sino una actividad de tipo práctico que contribuye también al progreso de la sociedad. El “télos” (fin) emancipatorio heredado del marxismo continúa en el pensamiento de los frankfurtianos plenamente vigente.

Este proyecto fue prácticamente abortado desde su nacimiento. La actividad de los miembros del Instituto era cada vez más vigilada, y, como ya hemos comentado, sus miembros se vieron obligados a exiliarse. Esta situación política llevó a la desesperación a los frankfurtianos, que veían una y otra vez cómo la realidad se burlaba de sus aspiraciones teóricas, de modo que la transformación esperada de la sociedad no llegaba, sino que, muy al contrario, se iba afianzando el horror y la persecución.
El desengaño: Dialéctica de la Ilustración
Portada de Dialéctica de la Ilustración
Portada de
Dialéctica de la Ilustración

La experiencia vital e histórica de los miembros de la Escuela de Frankfurt provocó un giro en su pensamiento. La barbarie sistemática y racionalmente organizada les hizo desconfiar de la capacidad del hombre (y especialmente de su tan elogiada razón) para lograr construir sociedades justas e igualitarias. El proyecto de la Teoría crítica se ve suplantado por un escepticismo y un alto grado de pesimismo, que se ven reflejados en una de las obras más comentadas de Adorno y Horkheimer: Dialéctica de la Ilustración (DI). La idea central de esta obra es sencilla: la Ilustración esconde dentro de sí los momentos de explotación y horror que se han ido desplegando a lo largo de la Historia. La DI no representa sólo una renuncia a ese pensamiento reflexivo y práctico, sino que además es una crítica devastadora a la razón occidental. El mito tiene algo de ilustrado, y la Ilustración tiene también un componente mitológico. Pretender deslindar ambas dimensiones es, sencillamente, ingenuo. La afirmación ilustrada de la razón lleva aparejada la destrucción y la instrumentalización del ser humano, por lo que confiar en la razón, antes o después, vuelve a conducirnos al exterminio, a la masacre.

Este giro se reflejó en Adorno y en Horkheimer de dos modos bien diferenciados: mientras Adorno se centraba en sus intereses por la estética y se refugiaba en el arte en su huida de la racionalidad, Horkheimer se volvía a sus lecturas de juventud (entre las que frecuentó a Schopenhauer ) y recuperaba igualmente el valor positivo de la religión que aprendiera dentro de su familia. Arte y religión como dos esferas no estrictamente racionales desde las que aún era posible la crítica. “Pesimista teórico, pero optimista práctico”. Así se definía Horkheimer que encontraba en la crítica el único imperativo moral del intelectual, la única vía de escape, y la única construcción racional que no corría el peligro de totalizarse, de convertirse en un dogma. Esta crítica radical al logocentrismo occidental se reflejó en obras como Crítica de la razón instrumental, A la búsqueda de sentido, Ocaso (Horkheimer) o Teoría estética, Mínima moralia, y Dialéctica negativa (Adorno). Para ambos autores pensar después de Auschwitz tiene que ser pensar al margen de la razón instrumental, pero también al margen de una razón objetiva que corre el peligro de solidificarse o de convertirse en metafísica (en el sentido peyorativo de la palabra). Por eso el arte y la religión vienen a ocupar un lugar tan importante en su pensamiento.
Extrído de Del proyecto de la Teoría crítica al desengaño de la razón
Ideas centrales que configuraron el marco filosófico en el que debía haberse desarrollado la actividad de los miembros de la Escuela, con la posterior evolución hacia posiciones más escépticas respecto a las posibilidades de la razón humana.
Heterogeneidad de los autores

Lo primero que hay que advertir, es que reunir en una sola exposición a autores tan extremadamente complejos como Adorno, Pollock, Horkheimer, Fromm o Marcuse, es sencillamente imposible. La Escuela de Frankfurt nunca fue una escuela en sentido cerrado, en la que todos hubieran de tomar las mismas líneas de investigación o los mismos presupuestos teóricos. Lo que unía a los autores de la escuela, era la intención de desarrollar un pensamiento crítico y reflexivo, inspirado en el pensamiento marxista. A partir de aquí, la libertad primó sobre la necesidad de sistematizar, y los miembros de la escuela desarrollaron pensamientos heterogéneos. Esta heterogeneidad no fue siempre fácil de armonizar: baste recordar que Fromm y Marcuse salieron de la Escuela por desavenencias en la interpretación de autores como Freud o Heidegger. Así, a la hora de destacar los temas centrales de la escuela, cabría la posibilidad de escribir tantos trabajos distintos como miembros tuvo la escuela. Con todo, puesto que no es ese el objetivo de este especial, nos centraremos en el proyecto de teoría crítica, tal y como fue formulado por Horkheimer, y su mínimo desarrollo a lo largo de los años 30.
La interdisciplinariedad del proyecto de Teoría Crítica
Gráfico sobre la Teoria Crtitica interdisciplinar

El proyecto original de Horkheimer aparece formulado, entre otras obras, en Teoría tradicional y teoría crítica y en Materialismo, metafísica y moral. Horkheimer no transformó sustancialmente el proyecto originario del Instituto para la Investigación Social. Pero sí que se puede decir, que la orientación predominantemente sociológica dio lugar a un enfoque más filosófico. Así una de las ideas centrales seguirá siendo la interdisciplinariedad. Si de transformar la sociedad se trata, si “introducir razón en el mundo” es uno de los objetivos de la escuela, un conocimiento lo más científico posible de la misma será una condición indispensable. Esta interdisciplinariedad se concretará en tres disciplinas fundamentales, que podrán verse complementadas por otras secundarias.
La Sociología

Así, en primer lugar, la sociología sigue siendo un instrumento indispensable. Esta ciencia, desarrollada desde presupuestos marxistas, deberá buscar líneas de investigación que muestre precisamente “lo otro” de la sociedad. Desde los presupuestos dialécticos asumidos con la escuela, totalizar un objeto de estudio tan complejo como la sociedad es falsearla. Por eso los proyectos concretos se centrarán en las formas de opresión o marginación presentes en la sociedad. Un buen ejemplo de todo esto lo podemos encontrar en los estudios sobre el antisemitismo llevados a cabo por Adorno y Horkheimer. Además de su valor sociológico, son una crónica excepcional de los mecanismos utilizados por el nacionalsocialismo en la construcción de un “sentimiento social” y de todo un sistema destinado a la marginación y exterminio de un grupo determinado. La sociología, por tanto, debe mantener la crítica de la sociedad. No es su función simplemente describir el todo social, sino precisamente impulsar su transformación al sacar a la luz lo que los instrumentos ideológicos pretenden esconder. Lo negativo de la sociedad deberá apuntar aquello que debe cambiar. Con el paso del tiempo, esta concepción de la sociología sería el centro de la llamada Disputa de la Sociología alemana, en la que la teoría crítica de los frankfurtianos (Adorno-Habermas) se enfrentó con el racionalismo crítico (K. Popper-H. Albert). Los puntos de vista de estos 4 autores aparece en un libro ya convertido en clásico: La disputa del positivismo en la sociología alemana.
El psicoanálisis

Como complemento a esta perspectiva crítica de la sociedad, se hacía también necesario lograr una comprensión adecuada del individuo. Para ello, se tomó a Freud como referente y se encargó a Erich Fromm la tarea de armonizar las ideas esenciales del psicoanálisis con los presupuestos marxistas. La elección del psicoanálisis no fue, a este respecto, casual. Si una de las críticas más importantes del marxismo denunciaba la alienación que sufría el proletario dentro de las sociedades capitalistas, el psicoanálisis también apuntaba la función represiva de la sociedad sobe los impulsos del individuo. El psicoanálisis y el marxismo se complementaban a nivel teórico en su dimensión crítica, tal y como supieron ver los frankfurtianos. Con todo, ambos pensamientos eran también divergentes, y estas diferencias fueron las que, con el tiempo, provocaron la salida de Fromm del Instituto para la Investigación Social. La interpretación de Fromm, influida quizás por prejuicios de tipo religioso o moral, restaba importancia a conceptos como el de libido y presentaba una visión del psicoanálisis que a los ojos del resto de frankfurtianos no era fiel a los textos de Freud, por lo que Horkheimer y Adorno se fueron distanciando de Fromm. Para ellos, el potencial crítico del psicoanálisis había sido sustituido por una divagación cuyos resultados no eran nada claros.
La economía

Con la psicología y la sociología, se había logrado una visión adecuada del individuo y la sociedad. Sin embargo, era necesario encontrar una forma de enlazar ambas perspectivas, encontrando algún objeto de estudio en el que individuo y sociedad interactuaran. Tal y como aparece en el proyecto de Horkheimer, esta ciencia debía ser la economía, disciplina en la que los frankfurtianos contaban con la colaboración de Friedrich Pollock. En la economía individuo y sociedad establecen relaciones entre sí, de modo que es un lugar idóneo para estudiar las relaciones entre ambos. El individuo influye en la sociedad a través de la economía, y a la vez la sociedad afecta a la vida de los individuos también por medio de la economía, por lo que su estudio completa este proyecto interdisciplinar que animó a los frankfurtianos desde el principio.

Aunque las tres disciplinas de las que hemos hablado son el hilo conductor de la Teoría Crítica , tal y como la entiende Horkheimer, no se puede olvidar que se abre también la posibilidad de que intervengan otros enfoques que siempre pueden servir como complemento. Así, los tratados teológicos de P. Tillich, o los estudios musicales de Adorno, eran también incluidos dentro de este proyecto. De hecho, el IIS siempre estuvo abierto a la participación de más autores, entre los que cabe destacar, por citar un solo ejemplo, a Walter Benjamin, cuyos estudios sobre estética y sobre filosofía de la historia ejercieron una influencia notable sobre el pensamiento de Adorno.
Pensamiento crítico y reflexivo

Junto a la interdisciplinariedad que acabamos de comentar, hay que destacar también dos características fundamentales: la reflexividad del pensamiento y su dimensión crítica. El pensamiento debe nacer, a ojos de Horkheimer, a partir de las contradicciones de la realidad, desde todo aquello que nos hace pensar una sociedad distinta. El materialismo del que hablan los frankfurtianos no es, ni mucho menos, una teoría física sino sociológica. La sociedad misma señala los temas y las líneas de investigación en aquello que reprime, en aquello que silencia, y una sociología a la altura de su tiempo debe atender precisamente a estos mecanismos de dominación de la sociedad, para rescatar la verdad de lo que oculta. Por eso, el pensamiento debe ser crítico y reflexivo. Crítico no como negación directa de la realidad, sino como renuncia a una aceptación irreflexiva de la realidad (social) tal y como se nos presenta. La crítica parte siempre de una sencilla proposición: “otra sociedad es posible”. Sólo en la medida en que es crítico puede el pensamiento también ser reflexivo. Sólo naciendo de la injusticia misma puede llegar a modificarla, a transformarla, superando así la dicotomía teoría-práctica. Un pensamiento materialista y práctico no es una pura especulación teórica, sino una actividad de tipo práctico que contribuye también al progreso de la sociedad. El “télos” (fin) emancipatorio heredado del marxismo continúa en el pensamiento de los frankfurtianos plenamente vigente.

Este proyecto fue prácticamente abortado desde su nacimiento. La actividad de los miembros del Instituto era cada vez más vigilada, y, como ya hemos comentado, sus miembros se vieron obligados a exiliarse. Esta situación política llevó a la desesperación a los frankfurtianos, que veían una y otra vez cómo la realidad se burlaba de sus aspiraciones teóricas, de modo que la transformación esperada de la sociedad no llegaba, sino que, muy al contrario, se iba afianzando el horror y la persecución.
El desengaño: Dialéctica de la Ilustración
Portada de Dialéctica de la Ilustración
Portada de
Dialéctica de la Ilustración

La experiencia vital e histórica de los miembros de la Escuela de Frankfurt provocó un giro en su pensamiento. La barbarie sistemática y racionalmente organizada les hizo desconfiar de la capacidad del hombre (y especialmente de su tan elogiada razón) para lograr construir sociedades justas e igualitarias. El proyecto de la Teoría crítica se ve suplantado por un escepticismo y un alto grado de pesimismo, que se ven reflejados en una de las obras más comentadas de Adorno y Horkheimer: Dialéctica de la Ilustración (DI). La idea central de esta obra es sencilla: la Ilustración esconde dentro de sí los momentos de explotación y horror que se han ido desplegando a lo largo de la Historia. La DI no representa sólo una renuncia a ese pensamiento reflexivo y práctico, sino que además es una crítica devastadora a la razón occidental. El mito tiene algo de ilustrado, y la Ilustración tiene también un componente mitológico. Pretender deslindar ambas dimensiones es, sencillamente, ingenuo. La afirmación ilustrada de la razón lleva aparejada la destrucción y la instrumentalización del ser humano, por lo que confiar en la razón, antes o después, vuelve a conducirnos al exterminio, a la masacre.

Este giro se reflejó en Adorno y en Horkheimer de dos modos bien diferenciados: mientras Adorno se centraba en sus intereses por la estética y se refugiaba en el arte en su huida de la racionalidad, Horkheimer se volvía a sus lecturas de juventud (entre las que frecuentó a Schopenhauer ) y recuperaba igualmente el valor positivo de la religión que aprendiera dentro de su familia. Arte y religión como dos esferas no estrictamente racionales desde las que aún era posible la crítica. “Pesimista teórico, pero optimista práctico”. Así se definía Horkheimer que encontraba en la crítica el único imperativo moral del intelectual, la única vía de escape, y la única construcción racional que no corría el peligro de totalizarse, de convertirse en un dogma. Esta crítica radical al logocentrismo occidental se reflejó en obras como Crítica de la razón instrumental, A la búsqueda de sentido, Ocaso (Horkheimer) o Teoría estética, Mínima moralia, y Dialéctica negativa (Adorno). Para ambos autores pensar después de Auschwitz tiene que ser pensar al margen de la razón instrumental, pero también al margen de una razón objetiva que corre el peligro de solidificarse o de convertirse en metafísica (en el sentido peyorativo de la palabra). Por eso el arte y la religión vienen a ocupar un lugar tan importante en su pensamiento.
Extraído de http://www.boulesis.com/especial/escueladefrankfurt/pensamiento/

lunes, 24 de noviembre de 2008

Estadística

Introducción:

La palabra "estadística" suele utilizarse bajo dos significados distintos, a saber:

1º Como colección de datos numéricos.- Esto es el significado más vulgar de la palabra estadística. Se sobrentiende que dichos datos numéricos han de estar presentados de manera ordenada y sistemática. Una información numérica cualquiera puede no constituir una estadística, para merecer este apelativo, los datos han de constituir un conjunto coherente, establecido de forma sistemática y siguiendo un criterio de ordenación.

2º Como ciencia.- En este significado, La Estadística estudia el comportamiento de los fenómenos de masas. Como todas las ciencias, busca las características generales de un colectivo y prescinde de las particulares de cada elemento. Así por ejemplo al investigar el sexo de los nacimientos, iniciaremos el trabajo tomando un grupo numeroso de nacimientos y obtener después la proporción de varones. Es muy frecuente enfrentarnos con fenómenos en los que es muy difícil predecir el resultado; así, no podemos dar una lista ,con las personas que van a morir con una cierta edad, o el sexo de un nuevo ser hasta que transcurra un determinado tiempo de embarazo,…

Por tanto, el objetivo de la estadística es hallar las regularidades que se encuentran en los fenómenos de masa.

Población, elementos y caracteres.

Es obvio que todo estudio estadístico ha de estar referido a un conjunto o colección de personas o cosas. Este conjunto de personas o cosas es lo que denominaremos población.

Las personas o cosas que forman parte de la población se denominan elementos. En sentido estadístico un elemento puede ser algo con existencia real, como un automóvil o una casa, o algo más abstracto como la temperatura, un voto, o un intervalo de tiempo.

A su vez, cada elemento de la población tiene una serie de características que pueden ser objeto del estudio estadístico. Así por ejemplo si consideramos como elemento a una persona, podemos distinguir en ella los siguientes caracteres:

Sexo, Edad, Nivel de estudios, Profesión, Peso, Altura, Color de pelo,Etc.

Luego por tanto de cada elemento de la población podremos estudiar uno o más aspectos cualidades o caracteres.

La población puede ser según su tamaño de dos tipos:

Población finita: cuando el número de elementos que la forman es finito, por ejemplo el número de alumnos de un centro de enseñanza, o grupo clase.

Población infinita: cuando el número de elementos que la forman es infinito, o tan grande que pudiesen considerarse infinitos.. Como por ejemplo si se realizase un estudio sobre los productos que hay en el mercado. Hay tantos y de tantas calidades que esta población podría considerarse infinita.

Ahora bien, normalmente en un estudio estadístico, no se puede trabajar con todos los elementos de la población sino que se realiza sobre un subconjunto de la misma. Este subconjunto puede ser una muestra, cuando se toman un determinado número de elementos de la población, sin que en principio tengan nada en común; o una subpoblación, que es el subconjunto de la población formado por los elementos de la población que comparten una determinada característica, por ejemplo de los alumnos del centro la subpoblación formada por los alumnos de 3º ESO, o la subpoblación de los varones.
Variables y atributos.

Como hemos visto, los caracteres de un elemento pueden ser de muy diversos tipos, por lo que los podemos clasificar en: dos grandes clases:

Variables Cuantitativas.

Variables Cualitativas o Atributos.

Las variables cuantitativas son las que se describen por medio de números, como por ejemplo el peso, Altura, Edad, Número de Suspensos…

A su vez este tipo de variables se puede dividir en dos subclases:

* Cuantitativas discretas. Aquellas a las que se les puede asociar un número entero, es decir, aquellas que por su naturaleza no admiten un fraccionamiento de la unidad, por ejemplo número de hermanos, páginas de un libro, etc.

* Cuantitativas continuas: Aquellas que no se pueden expresar mediante un número entero, es decir, aquellas que por su naturaleza admiten que entre dos valores cualesquiera la variable pueda tomar cualquier valor intermedio, por ejemplo peso, tiempo. etc.

No obstante en muchos casos el tratamiento estadístico hace que a variables discretas las trabajemos como si fuesen continuas y viceversa.

Los atributos son aquellos caracteres que para su definición precisan de palabras, es decir, no le podemos asignar un número. Por ejemplo Sexo Profesión, Estado Civil, etc.

A su vez las podemos clasificar en:

* Ordenables: Aquellas que sugieren una ordenación, por ejemplo la graduación militar, El nivel de estudios, etc.

* No ordenables: Aquellas que sólo admiten una mera ordenación alfabética, pero no establece orden por su naturaleza, por ejemplo el color de pelo, sexo, estado civil, etc.
Contintinúa aquí
extraído de http://thales.cica.es/rd/Recursos/rd97/UnidadesDidacticas/53-1-u-indice.html

Otra página que trae un lindo resumen es http://www.aulafacil.com/CursoEstadistica/CursoEstadistica.htm

lunes, 17 de noviembre de 2008

Aviso de la Asociación Filosófica del Uruguay

Estimados/as, el próximo viernes 21 de noviembre la Asociación Filosófica del Uruguay (AFU) se suma nuevamente a los festejos por el Día Mundial de la Filosofía, con una actividad a desarrollarse desde las 19 horas en el local del Instituto de Profesores Artigas (IPA, Avenida Libertador 2025 esq. Nicaragua) bajo el título “Filosofía, DDHH y poder, una relación compleja”. En la ocasión, participarán tres panelistas, con una instancia final de intercambio con el público.

Dra. Prof. Mariana Blengio “Aportes filosóficos para la Educación en Derechos Humanos”
Prof. Amelia Croce “La filosofía y las raíces universales de la dignidad humana”
Prof. Margarita Navarrete “Derechos Humanos: a la conquista de la autonomía”

A su vez, en el comienzo de los festejos, la AFU entregará el Premio del Concurso de Ensayos “Carlos Vaz Ferreira”, en su primera edición.

La entrada es libre.

Les esperamos y agradecemos la difusión que puedan hacer.

Ong- Oralidad y Escritura


Ong- Oralidad y Escritura


Síntesis del Libro

En palabras de Walter Ong “este libro se ocupa principalmente de la cultura oral y los cambios en el pensamiento y la expresión producidos por la escritura [..]” (p. 117). Con esta finalidad, analiza cómo las diferentes tecnologías de la palabra han impactado, y continúan impactando, sobre las formas en las que el ser humano se relaciona con el conocimiento, consigo mismo y con los otros.

Nosotros, integrantes de una sociedad letrada, no podemos concebir nuestra vida sin la escritura porque ella es una herramienta que usamos cotidianamente. Sin embargo, las demandas de las sociedades orales primarias se veían satisfechas con la palabra hablada, ya que explotaban una serie de estrategias específicas a las que Ong denomina “psicodinámicas”.

El autor destaca el papel que los miembros de esas sociedades le asignaban a la palabra como otorgadora de poder: no cualquiera podía hablar, no cualquiera podía escuchar; cada individuo sabía sólo lo que era capaz de recordar. La memoria era entonces la protagonista principal o, mejor dicho, quienes la poseían.

La aparición de la escritura marcó una ruptura con respecto a las formas de concebir la palabra porque ella permite “establecer fuera del pensamiento lo que en realidad sólo puede existir dentro de él”. Si bien debemos su origen a necesidades netamente prácticas derivadas de la contabilidad, sus funciones se fueron extendiendo: hoy la escritura constituye una actividad privilegiada de las sociedades contemporáneas, que excede ampliamente el papel de ayuda-memoria. La invención de la imprenta permitió extender esta práctica, ya que con ella se democratizó la alfabetización, al poder editarse libros más pequeños y económicos.

El auge de las nuevas tecnologías de la palabra –como la televisión, la radio, el teléfono, ligados al desarrollo de la electrónica– parece haber dado un nuevo impulso a la oralidad. Ong apunta que si bien esta oralidad –a la que llama secundaria– se asemeja a la oralidad primaria, también es muy distinta de ella. Los destinatarios de estas formas de comunicación constituyen un grupo extraordinariamente mayor que la aldea tribal, y la existencia misma de estos medios presupone la escritura.

Estado de la Cuestión

El estudio de las relaciones entre la oralidad y la escritura fue abordado desde diferentes posturas teóricas. Una limitación común a las primeras investigaciones en este campo, como puntualiza Ong, radica en reducir estas relaciones o bien a la subordinación de la escritura a la oralidad, o bien de la oralidad a la escritura.

La primera postura organiza su argumentación en torno de la idea del origen: la oralidad es anterior a la escritura, tanto en la historia de la humanidad como en cada individuo en particular. Saussure mismo afirma al respecto que la escritura es un complemento del habla oral, un código que sirve para transcribir lo que se dice.

La concepción de la escritura como superior a la oralidad está basada en la idea de que la primera pertenece a sociedades “civilizadas”, “evolucionadas” y a individuos “cultos”.

Ong propone superar ambas visiones a partir de dos premisas básicas. Por un lado, en sociedades con escritura las funciones que adquieren la oralidad y la escritura son complementarias y no se puede hablar de que una sea superior a la otra. Por otro lado, la oralidad de las sociedades sin escritura es diferente de la oralidad de las sociedades con escritura.

La semiosfera. semiótica de la cultura y del texto



IURI M. LOTMAN. La semiosfera. semiótica de la cultura y del texto. Edición de Desiderio
Navarro. Madrid. 1998.Tomo I y II.
Acaba de aparecer con traducción del cubano Desiderio Navarro, el segundo tomo de tres planteados de la semiosfera en los que Lotman, el mayor representante de la semiótica soviética, perteneciente a la escuela de Tartu y autor de textos tan conocidos como semiótica de la cultura, Estructura del texto artístico busca crear una semiótica de la cultura que según sus palabras -examine la interacción de sistemas semióticos diversamente estructurados y plantea que los fines de la tipología de las culturas deben ser: en primer lugar, la descripción de los principales tipos de códigos culturales a partir de los cuales se establecen las lenguas de las culturas, con sus rasgos esenciales, en segundo lugar, se plantea la
búsqueda de universales de la cultura humana, para lo cual recurre a los conceptos aportados por disciplinas como la teoría de la información y la cibernética.
Esta serie de dos tomos, cada uno dividido en diez y siete artículos son de gran ayuda para ampliar y entender el universo cultural de este pensador ruso, cuyo enfoque está inscrito dentro de los parámetros del pensamiento de autores como Bajtin, con quien comparte su idea de diálogo, afirmando que el lenguaje se genera en el diálogo, con Barthes coinciden al definir que el objeto de la semiótica sería la de estudiar todos los sistemas de signos, todos los fenómenos significantes, desde el vestuario hasta las lenguas naturales, con Levis Strauss está de acuerdo cuando define la cultura como lo contrario a la naturaleza y cuando afirma que ésta aparece cuando hay reglas, leyes.
En esta compilación se presentan textos inéditos hasta el momento y se tratan, desde las temáticas más generales, como el concepto de cultura, semiosfera, memoria, información, hasta el estudio de casos particulares como los estudios sobre cine y sobre culturas particulares como el mundo romano, la Edad Media, uno de los méritos del libro es que nos plantea preguntas, más que generar respuestas, así como nos amplia el campo de acción sobre el fenómeno lenguaje, sobre la cultura y sobre la obra de arte en general .
Lotman plantea al inicio, una critica a los estudios lingüísticos y semioticos que se venían dando puesto que según él, estos estudios tomaban el elemento más simple del sistema, ya fuera el signo en Peirce y Morrís, o la lengua y el habla en De Saussure con carácter de átomo y todo lo que seguía se hacia con relación a éste, además dice Lotman que el acto individual del intercambio signico se empezó a tomar como modelo de la lengua natural y los modelos de las lenguas, como modelos semioticos universales, lo cual condujo a ascender de lo simple a lo complejo, reduciendo el objeto completo a una suma de objetos simples, desconociendo la
complejidad que guarda en su interior cualquier sistema signico, complejidad que adquiere con relación a otros sistemas.
Frente a esto, Lotman propone un nuevo enfoque partiendo de la base que no existen
sistemas por si solo funcionales, sino que estos se construyen en la relación con otros sistemas, separados no funcionan, necesitan estar inmersos en un continuum semiótico, ocupado por formaciones semióticas de diversos tipos y que se hallan en diversos niveles de organización, este continuum lo denominó semiosfera, término que creo Lotman por analogía al de biosfera creado por Vernardski. Lotman plantea que el concepto de semiosfera es un espacio abstracto, de carácter delimitado en el cual fuera de este espacio semiótico es imposible la existencia misma de la semiosis. La semiosfera es el espacio semiótico en el cual estamos inmersos, allí entran, ya sea las lenguas naturales, como los signos, los símbolos y cualquier fenómeno cultural.
El concepto de semiosfera es de gran utilidad puesto que el mismo es susceptible de utilizarse en estudios culturales, lingüísticos, artísticos, etnográficos, así como al mito a la historia, abriendo el campo de acción en los estudios de las ciencias humanas, este concepto nos permite estudiar por igual ya sea la incidencia de los albunes familiares en la conformación del imaginario familiar, como cualquier lengua. Puesto que ve en la cultura un todo dinámico, que se entrecruza y forma textos complejos.
Lotman define la Cultura como todo el conjunto de la información no genética, como la memoria común de la humanidad o de colectivos mas restringidos nacionales o sociales, enseguida plantea que la cultura es un texto definiéndolo como, cualquier comunicación que se haya dado en un determinado sistema signico es decir como una información codificada en un cierto modo, pero advierte Lotman que es un texto organizado con gran complejidad, que se descompone en una jerarquía de textos en los textos y que éstos a su vez forman complejos tejidos de textos, el trabajo del investigador es acceder a esos códigos que le permitan entrar y traducir el universo textual que tiene frente a sus ojos.
Frente a este hecho argumenta Lotman, que el investigador tiene derecho a examinar la
totalidad de los textos que constituyen la cultura, y afirma que los diversos tipos de cultura son diversos tipos de lenguajes particulares, dentro de las características que le asigna a los textos está la de ser creadores de sentido producto de la dialéctica interna, de los constantes diálogos intratextuales entre estructuras. El autor da como ejemplo las catedrales en las que la fusión del estilo árabe, románico y gótico producen un nuevo sentido, una nueva lectura sobre este campo semiótico.
Lotman está de acuerdo en que las culturas se forman dependiendo de lenguajes naturales, las culturas son sistemas comunicativos y las culturas se crean basándose en ese sistema semiótico universal que es el lenguaje natural-. Frente a esta perspectiva, el texto ya no es objeto aislado, sino un espacio semiótico, en el interior del cual los lenguajes interactuan, se interfieren y se autoorganizan jerárquicamente, en consecuencia, el texto se convierte en el punto de intersección entre el autor, el texto, el lector.
Frente a esto, la cultura aparece como un sistema de lenguajes cuyas manifestaciones
concretas son textos de esa cultura. Para Lotman comprender la vida significa estudiar su oscura lengua, la actividad cultural cotidiana no consiste en otra cosa que en traducir una parcela de la realidad en una de las lenguas de las culturas, ver en el mundo un texto que requiere ser interpretado, que requiere ser traducido a diversos códigos. Frente a este planteamiento observar un espectáculo de ballet o ver una película equivale a aprender una lengua.


La cultura representa, entonces, un mecanismo políglota, el autor da ejemplos, para corroborar esta afirmación, como la danza y el canto, de lo que se deduce que ninguna cultura puede ser definido como una sola lengua, frente a ésto Lotman afirma, que la cultura como fenómeno sígnico hace suponer que lo normal es que los que intercambian información no usen un código común sino dos diferentes que hasta cierto punto se interceptan, fenómeno que define como creolizacion de lenguajes diversos. Así el acto comunicativo no es una transmisión pasiva de comunicación, contrario a lo que pensaba Jackobson, sino una traducción, una recodificacion
del mensaje por parte del beneficiario del acto comunicativo.
En la cultura se presenta la constante tensión entre dos polos opuestos statismo/dinamismo, unidad/pluralidad, para terminar con el tema de la cultura, Lotman dice que la cultura crea su propia organización interna y desorganización externa, en este equilibrio se constituye la dialéctica cultural, lo anterior nos lo ilustra con el mundo griego y los llamados bárbaros.
Lotman, hace la división del espacio cultural entre centro y periferia y plantea que la zona de la periferia es la zona mas sensible a los cambios, debido a su inestabilidad fronteriza y a la carencia de normas rígidas que la guíen, por el contrario en el centro existe una constante hiperestructuralidad, como resultado de esta situación, el cambio proviene casi siempre de esta zona periférica por su mayor impredictivilidad. La dialéctica del campo cultural y de la semiosfera se da en el continuo movimiento entre centro y periferia.
De otra parte, en esta recopilación de ensayos aparecen textos inéditos hasta el momento,textos que le son de gran ayuda para el estudioso del fenómeno literario en particular y de la cultura como fenómeno sígnico en general. Textos tales como: El fenómeno de la cultura, en el que se plantea cuales son los requisitos que debe cumplir un objeto pensante, en primer lugar, debe conservar y transmitir información, además debe poseer un lenguaje y tener el poder de formar mensajes correctos, en segundo lugar, debe realizar operaciones algorítmicas de transformación correcta de esos mensajes y en tercer lugar, debe formar nuevos mensajes; en La memoria de la cultura, el autor redefine el concepto de memoria y lo aplica al estudio de casos particulares comparando una escultura de una tribu del África central con el pensador de Rodin, luego de esto analiza como no obstante el gesto ser el mismo los valores culturales difieren dependiendo del conglomerado cultural en que se produce y de los códigos culturales empleados. La semántica del número y el tipo de cultura, analiza la relevancia de los números como símbolos dentro de la cultura y se asume el caso particular de la Edad Media, en casi todos sus ensayos Lotman deja entrever que información, comunicación, memoria son las
grandes ejes que hacen posible el desarrollo de las sociedades humanas.
Frente a la univocidad de comprensión Lotman, plantea una división en tres clases de textos o lenguajes que van desde los textos que poseen un solo sentido, como son los lenguajes artificiales, los metalenguajes y todos los mecanismos de memoria artificial, hasta los de mayor plurivocidad o diversidad de sentidos como la poesía y el arte en general, pasando por el estadio intermedio las lenguas naturales. En este punto coincide con jackobson quien en los años treinta planteaba que el dominio del lenguaje poético, es la esfera en que se pone de manifiesto las más importantes regularidades de la lingüística en su totalidad.


En el ensayo El progreso técnico como problema culturológico, el autor nos muestra como el progreso técnico ha marcado un cambio profundo en la organización social y espiritual del hombre, para ello recurre a ejemplos como el papel que desempeñó la escritura, como factor importante para el surgimiento de la creación individual, lo cual cambió el estatus del individuo , luego nos habla del papel de la imprenta, como influyó en el desarrollo del arte, Plantea el ejemplo concreto de como los avances técnicos que se dieron en el paso de la Edad Media al renacimiento afectaron la vida individual y sicológica de las gentes, al decir ´´la ciencia aumenta la predecibilidad de los acontecimientos, pero la vida real puede mostrar lo completamente impredecible´´ esto lo ilustra muy bien con la persecución de brujas que se dió en el renacimiento, como se ve todo adelanto técnico trae consigo un cambio en la manera como se percibe el mundo, trae consigo un cambio en la mentalidad.
De otra parte, desmitifica la Edad Media como época oscura y el renacimiento como época de total brillantes, mostrándonos como el renacimiento es un proceso que se empieza a generar en el siglo XIII, y que tiene su conclusión en el siglo XVI, así mismo nos muestra que la posición de considerarla como edad oscura es resultado del enfoque iluminista del estudio de la historia.
En su articulo sobre el papel de los factores casuales en la historia de la cultura, Lotman indaga como se nota la diferencia de la influencia de la casualidad si se observa por una parte en el hecho artístico y por otra en el científico, Lotman afirma que la casualidad en el texto artístico tiene mayor relevancia que en el científico, ejemplos de esto, se ve como en el hecho artístico cualquier descubrimiento casual afecta toda la evolución del campo; en tanto que en lo
científico está determinado por paradigmas reinantes.
El logro mayor de Lotman, está en haber ampliado el concepto de texto lo cual posibilita estudiar fenómenos tan dispares como el ballet, el cine, las lenguas naturales, la música, el arte y cualquier fenómeno cultural, o cualquier tipo de semiosis, aplicándoles las mismas categorías.
De otra parte el signo de Lotman difiere del saussiriano en la medida en que lo considera una unidad cultural entera, la cultura aparece como un sistema de sistemas de signos organizados de cierta forma.
Para concluir, con esta aproximación se debe decir que el enfoque de Lotman permite a la ciencia semiótica entrar en territorios a los cuales era difícil entrar anteriormente, al considerar la cultura un texto y al hombre como un agente dinámico que está continuamente creando, recreando, traduciendo e imaginando cultura.
TITO PÉREZ MARTÍNEZ
DEPARTAMENTO DE LENGUAS
UNIVERSIDAD PEDAGÓGICA NACIONAL
extraído de http://w3.pedagogica.edu.co/storage/folios/articulos/folios09_14rese.pdf

Lecturas de Bajtín. El Problema de los "Géneros Discursivos"





Bajtín: Tomado de la revista electrónica "RAzón y Palabra"


Por Ignacio Mazzola
Número 41

En este trabajo queremos referirnos solamente a un texto y a un problema de los elaborados por el grandioso crítico ruso Mijail M. Bajtín. Nos referimos, específicamente, al justamente célebre artículo “El problema de los géneros discursivos”, que se encuentra incluido en su libro Estética de la creación verbal, editado en México por Siglo XXI Editores1.

Es éste un gran texto de Bajtín, donde se tratan importantes problemas. Sin embargo encontramos en él serias ambigüedades, que quisiéramos señalar para, eventualmente, abrir el debate. Cabe decir aquí que éste trabajo forma parte de una investigación de más largo aliento, por lo que numerosos problema serán solamente señalados y otros abiertamente dejados de lado. Si el lector es benévolo, y nos admite éstas limitaciones, tal vez encuentre cierta justeza en nuestras afirmaciones. En caso contrario, bienvenidas serán las críticas.

Empecemos señalando algo sumamente importante para comprender la orientación del pensamiento de Bajtín: él está interesado en estudiar el real proceso de la comunicación discursiva. Este es un punto que, como sabemos, lo ubica en un plano prácticamente opuesto a aquel en que se ubicaba Saussure. Pero además, dado ese interés, y puesto que la comunicación es, piensa, necesariamente entre por lo menos dos personas, rompe con toda una tradición intelectual que consideraba que la función esencial del lenguaje era “la expresión del mundo individual del hablante” o bien la “generación del pensamiento independientemente de la comunicación” (p.256).

¿Qué lo impulsa a estudiar el proceso real de la comunicación discursiva si, desde Saussure, estaba instalada la opinión de que “el habla”, esto es: el uso de la lengua en una situación particular, era un fenómeno individual, contingente y caótico y por tanto no analizable científicamente?

Bajtín advierte que, en los procesos de comunicación discursiva real, los enunciados tienen similitudes importantes, sobre todo –dirá– aquellos que se producen en una misma “esfera de la actividad humana”, por lo cual se inclinará a pensar que la “construcción” que de ellos se hace no debe ser totalmente arbitraria ni libre. Entonces se pregunta por los factores que o bien inducen o bien determinan las similitudes. Leyendo el texto encontramos dos de estos “factores”: por un lado “unas condiciones determinadas, específicas para cada esfera de la comunicación discursiva” (p.252. Nos. subrayamos) O sea, condiciones específicas de cada esfera de la actividad humana en la cual se produzca comunicación discursiva. Por otro lado, el segundo factor a tener en cuenta sería “una función determinada” (p.252) de la comunicación discursiva2. Estos dos factores determinantes o “generantes” (véase p.252) los deja en un plano muy general y concentrándose en aquello que determinan o generan, esto es, los enunciados mismos, nota entonces que estableciendo ciertos criterios de observación de los enunciados, criterios de posible aplicación sistemática (observación de: el tema, la estructura y el estilo de un enunciado) se pueden ordenar los enunciados concretos en géneros típicos de enunciación o géneros discursivos, pero al mismo tiempo advierte una serie de propiedades que hacen de los enunciados unidades reales con carácter ontológico. Esto último le permite ahondar sobre los criterios de observación, no sin algunos problemas, como veremos. Pero no nos adelantemos o, en todo caso, aclaremos nuestras intenciones (y nuestro vocabulario).

Está claro que no pretendemos exponer “sin más” el texto de Bajtín. Los lectores, por lo demás, probablemente lo conocen, dada la fama del mismo. Lo que queremos sí hacer es lo siguiente: puesto que encontramos el artículo algo confuso y puesto que, en segundo lugar, cuando hemos hecho un esfuerzo por disipar la confusión se nos aparece también poco sistemático, creemos que es posible problematizar algunos de los postulados del mismo. (Uno de ellos es el referido en la nota al pie número uno.) Creemos haber encontrado un núcleo problemático que nos permitirá una cierta ordenación del trabajo de Bajtín de cara a futuras lecturas, al tiempo que nos dará oportunidad de plantear una tesis distinta a la que nos propone el autor en un punto sumamente importante en la economía del texto. Introduciremos entonces, y antes que nada, una distinción que ya mencionamos como de pasada más arriba, que Bajtín “utiliza” pero no explicita y de la que, por lo tanto, no extrae las consecuencias.

La distinción es la siguiente: no es lo mismo el enunciado en tanto “hecho”, que el enunciado en cuanto objeto / unidad de análisis de una investigación científica. Ciertamente el enunciado tiene un estatuto ontológico, por decirlo un tanto pomposamente, en tanto que unidad real de la comunicación discursiva. Y en ese sentido cada enunciado particular y concreto es una unidad, indivisible, individual, irrepetible e irreductible. En este sentido tiene propiedades constitutivas que enumeraremos. Pero, por otro lado, el enunciado en tanto que unidad de un análisis científico es un objeto “construido” a partir de una serie de rasgos resaltados que permitirán la aplicación de criterios sistemáticos de identificación y análisis de ese objeto. Diremos entonces que esos rasgos son constructivos del enunciado.

Ahora podemos hacer dos preguntas que nos llevarán a plantear un problema que encontramos en Bajtín y que, para anticiparnos, tiene que ver con el cambio de los sujetos discursivos. Por un lado ¿cuáles son los rasgos constructivos del enunciado en tanto que unidad de análisis de la lingüística “del enunciado”? y por otro ¿cuáles son las propiedades constitutivas del enunciado en tanto “hecho”? O, de otro modo, 1)¿cómo distinguimos el enunciado como unidad apropiada para el análisis lingüístico? y, 2) ¿qué caracteriza al enunciado en tanto que enunciado? La respuesta a la primer pregunta tiene que ver con el establecimiento de criterios “metodológicos” que se “adapten” a las propiedades del enunciado en tanto “hecho”, de manera que empecemos por la segunda, que es por otro lado la más difícil.

Haremos un listado de las propiedades constitutivas del enunciado en tanto hecho. O sea, en la medida en que una de estas propiedades no esté presente no podremos hablar de enunciado en ningún sentido válido. Esta lista, que no implica jerarquía, está basada en aquellos aspectos del enunciado (en cualquiera de los dos sentido, puesto que, justamente, el autor no hace la diferencia que nosotros indicamos) que Bajtín trabaja a lo largo de su texto pero que nosotros hemos extraído en tanto constitutivos del enunciado. Sorprenderá la ausencia de “el cambio de sujeto discursivo” pero intentaremos justificarla.

Son constitutivas del enunciado en tanto unidad real de la comunicación discursiva las siguientes propiedades: 1) pertenecer a un hablante; 2) estar orientado3 3) determinar una respuesta; 4) tener un carácter concluso o “plenitud de sentido”; 5) poseer un objetivo; 6) ser un “eslabón” en una “cadena” organizada de enunciados4; 7) enfrentarse de una manera directa e inmediata con la realidad (contexto extra-verbal); 8) poseer expresividad o “actitud expresiva”; 9) poseer un objeto; 10) hacer uso del lenguaje5.

Se nos permitirá por ahora enumerar estas propiedades como constitutivas del enunciado de una manera dogmática. Sin embargo ha de tenerse en cuenta que las hemos “extraído” de las opiniones del propio Bajtín vertidas en el texto que nos convoca. Tal vez esta exposición precisaría una mucho mayor extensión, pero ya hemos indicado que por le momento nos es imposible. Claro que podríamos argumentar en defensa de estos postulados. Ahora bien, nos limitaremos, aquí, a argumentar en contra de incluir al “cambio de sujeto hablante” como propiedad constitutiva del enunciado (en sentido ontológico) simplemente porque Bajtín la esgrime como tal todo el tiempo y con énfasis. Propondremos un nuevo estatuto para ese “fenómeno”, que será el de “criterio metodológico” o sea que, en nuestra caracterización sería una propiedad constructiva y ya no constitutiva. Pero antes permítasenos observemos lo siguiente. También de manera “dogmática.”

De las diez propiedades constitutivas del enunciado en tanto enunciado, las primeras ocho son también propiedades constitutivas de toda “comunicación intencional”6 (en la medida que se introduzcan ciertos cambios terminológicos que no hacen al sentido). De manera que si no son útiles para distinguir “tipos de comunicación”7 entre sí, tampoco lo son, ninguna de ellas, para distinguir tipos de enunciados (que conformarían a su vez -según Bajtín- distintos “géneros discursivos”) puesto que estos son constitutivamente comunicativos (en virtud de la definición y de las propiedades)8. Las propiedades 8, 9 y 10 también son constitutivas de todos y cada uno de los enunciados en tanto hechos con carácter ontológico, de manera que tampoco sirven para diferenciarlos. Ahora bien, obsérvese que son sólo estas tres propiedades las que nos permiten diferenciar a los enunciados en tanto que unidades de análisis (objetos construidos) de la investigación científica. Esto es manifiesto. En el plano ontológico esas propiedades no sirven para diferenciar enunciados en tanto hechos, pero en el plano de la observación “tipificante” (o sea científica) es evidente que no todos los enunciados tienen una misma “actitud expresiva” (8), un mismo objeto, tema o temática (9) ni hacen un mismo “uso de la lengua”, estructuración (uso de la lengua léxico y gramaticalmente correcto).

Entonces, si estos son los criterios observacionales de diferenciación de los enunciados en tanto objetos de consideración científica, también son los criterios de reagrupación en “géneros discursivos”, o como quiera que se llame a este concepto que trata de designar una “unidad” que es, nuevamente, objeto de análisis científico, y no unidad con carácter ontológico. Si se puede decir del enunciado que “no es una unidad convencional, sino real” (p.260), habrá que decir de los géneros discursivos lo opuesto: “no son una unidad real, sino convencional” dado que son unidades de análisis científicas, puesto que todo los objetos científicos son “construcciones convencionales”. (Recuérdese criterios de efectividad, repetibilidad e intersubjetividad.)

Hasta aquí entonces un punto que es el siguiente: no todas aquellas disquisiciones, idas y venidas, esbozos y especificaciones de Bajtín son pertinentes para la diferenciación y reagrupación de los enunciados desde un punto de vista observacional científico, muchos menos ontológico. En otro sentido, tampoco son pertinentes de cara al problema (científico) de los géneros discursivos. Y hemos indicado en el párrafo precedente cuáles distinciones si lo son. Hemos visto así mismo en qué medida esto y la distinción entre el plano ontológico y el epistemológico del enunciado no están claras en Bajtín.

Pasemos ahora al otro asunto que arriba mencionamos: el problema del “cambio del sujeto de la enunciación.” Diremos que este “fenómeno” no es relevante desde el punto de vista ontológico del enunciado, o sea, no es una propiedad necesaria del mismo, y es un fenómeno útil pero no imprescindible desde el punto de vista observacional científico. Se tendrán que admitir claro todas las propiedades que arriba enumeramos. Empezaremos por los ejemplos.

Consideremos un libro que es una complicación de artículos. Visto desde el punto de vista ontológico, el libro como unidad reúne todas las propiedades constitutivas del enunciado enumeradas. (Dejamos al lector el ejercicio de corroborarlo) Y por otro lado, también desde el punto de vista ontológico, cada artículo en sí mismo, reúne todas las mismas propiedades. Y no hay allí, en ningún momento entre los artículos, cambio en el sujeto de la enunciación.

Pasemos a un segundo ejemplo, más complejo. Consideremos la siguiente situación. Dos amigo se acaban de mudar a un nuevo departamento el día de ayer. La semana pasada estuvieron discutiendo los problemas inherentes al texto de Bajtín y no han tenido ocasión de volver a hacerlo pero la discusión quedó a medias. Hoy a la mañana mientras A desayunaba con galletitas de agua antes de irse comentó: “Estaría bueno ver dónde hay una panadería para probar las facturas y así tenerlas en cuenta.” A la tarde justo cuando B salía del edificio, A entraba, y tras los saludos B enunció: “Escucha: estuve releyendo el texto y no estoy de acuerdo con Bajtín en incluir el cambio del sujeto hablante como una dimensión constitutiva del enunciado en tanto que enunciado. Y otra cosa: acá a la vuelta hay una panadería con unas medialunas increíbles. Compra media docena así tomamos mate que vuelvo en media hora. Chau.” y salió, “Chau” -dijo A.

Entonces, ¿cuántos “enunciados”, desde el punto de vista de la observación tipificante, único punto de vista desde el cual tiene sentido la diferenciación, hay en la alocución de B? Nosotros diremos que hay allí dos enunciados, puesto que: i) hay dos actitudes expresivas, claramente distinguibles. ii) hay dos objetos de enunciados: el texto de Bajtín y la panadería y sus media lunas; y iii) hay dos estructuras, construidas léxico y gramaticalmente de manera correcta, distintas. ¡Pero no hay cambio en el sujeto hablante!

Diremos, para terminar, que creemos, a pesar de las consecuencias que ello tiene para lo que aquí se ha expuesto, que el criterio principal para la diferenciación de los enunciados, desde un punto de vista observacional con un grado muy discutible de cientificidad, y sin aclarar los términos que utilizaremos, es la “plenitud de sentido”. Y en esto estamos trabajando.

Notas:

1 Mijail M. Bajtín, Estética de la creación verbal, Siglo XXI Editores, México, 1982. Nos referiremos siempre a ésta edición. Cuando se realicen citas textuales, se indicará entre paréntesis el número de la página correspondiete a ésta edición.
2 Cabe señalar que Bajtín no hace aquí ningún esfuerzo analítico por indicar a qué se refiere con “condiciones específicas” de cada esfera de acción humana, ni tampoco por enumerar cuáles serían las distintas funciones u objetivos que puede tener la comunicación discursiva. Esto es un problema porque, se podría decir, al igual que con los enunciados sólo existen “contextos particulares, concretos” de enunciación, o bien “función concreta, específica” de comunicación. En relación con el texto esto se podría poner de ésta manera: lo de “esferas de la actividad humana en las que se produce comunicación discursiva” remite a algo así cómo “géneros contextuales” o, en el caso del segundo factor, “géneros funcionales”, lo cual es, como decíamos, problemático, dado que la validez del concepto de “géneros discursivos” descansa sobre y sólo sobre una caracterización valida del enunciado en cuanto unidad (en los dos sentidos que se señalan más adelante), unidades con las cuales Bajtín no cuenta en los casos de las “esferas de actividad” y las “funciones comunicativas”. Sigamos con el razonamiento en sólo uno de los casos: o bien existe una sola “esfera” de la acción humana, aquella en la que, justamente, se realiza la “acción humana” sin más, o bien hay que aportar criterios para distinguir las esferas en función de acciones humanas específicas pero agrupables bajo una misma esfera, o sea “típicas” en algún sentido. Lo mismo se puede decir de las funciones de la comunicación discursiva.
3 Lo cual implica el “Reconocimiento del Otro” como miembro de una comunicación discursiva (p.261)
4 En este punto las palabras con comillas son de esa manera resaltadas porque creemos que se utilizan con un sentido metafórico, de manera que no son “exactas”, o mejor dicho, “son discutibles”. Por otro lado este punto incluye o supone que el enunciado se “enfrenta de una manera directa e inmediata con otros enunciados (previos y / o posteriores)”
5 De manera léxica y gramaticalmente correcta.
6 Aquí hay por lo menos dos problemas. Por un lado: ¿Qué es la comunicación? Propondremos una definición provisional acorde con nuestro argumento. La comunicación es una producción en la cual intervienen tres “elementos”: i) información, ii) participación y iii) comprensión. Tengamos en cuenta que es el tercer elemento, la comprensión, el que “cierra” la comunicación si la consideráramos una unidad discreta, esto es, no continua. El cierre del “circulo” (puesto que los “elementos” parecen “encadenarse” de manera circular) entonces estaría dado de ésta manera: la comunicación es comprensión (iii) de una determinada información (i) de la cual uno participa (ii) si la comprende (iii). Pero, como dijimos, (propiedad 3) puesto que la comunicación determina una respuesta, la consideración de la comunicación como una unidad discreta es sólo provisional, puesto que necesariamente habrá una “respuesta” comunicativa (de algún tipo). Hasta aquí el primer problema. Vamos con el segundo: decimos comunicación “intencional” porque se nos ocurre al menos un caso de “comunicación”, según nuestra definición, que no lo es (intencional) y para la cual no todas las propiedades arriba enumeradas son constitutivas.
7 Que se podrían distinguir, dada la definición de comunicación más arriba, por el “tipo” de información y el “modo” de participación y comprensión.
8 En realidad el listado de propiedades no dice más que la definición, sólo que hay un grado mayor de diferenciación.

Referencias:

Bajtín, M. (1982). Estética de la creación verbal. México:Siglo XXI
Ignacio Mazzola
Estudiante de Sociología, Universidad de Buenos Aires, Argentina

Extraído de http://www.cem.itesm.mx/dacs/publicaciones/logos/anteriores/n41/imazzonla.html