miércoles, 17 de diciembre de 2008

Del Profesor Carlos Hipogrosso

EL SISTEMA VERBAL ESPAÑOL
PARTE II1
Carlos Hipogrosso
Instituto de Lingüística F.H.C.E. - I.P.A - LICCOM.
EL TIEMPO
El concepto de tiempo lejos de ser un dato a priori merece, para los propósitos de esta presentación, ciertas consideraciones. Emile Benveniste en su libro Problemas de lingüística general T. II (Siglo XXI, México, 1979, pp. 73 y ss.) hace las siguientes distinciones:
1. "El tiempo físico del mundo es un continuo uniforme, infinito, lineal, segmentable a voluntad. Tiene por correlato en el hombre una duración infinitamente variable que cada individuo mide de acuerdo con sus emociones y con el ritmo de su vida interior."
2. "Del tiempo físico y de su correlato psíquico, la duración interior, distinguiremos con gran cuidado el tiempo crónico, que es el tiempo de los acontecimientos, que engloba asimismo nuestra propia vida en tanto que sucesión de aconteceres ... Nuestro tiempo vivido corre sin fin y sin retorno, es la experiencia común. Nunca recobramos nuestra infancia, ni el ayer tan próximo, ni el instante huido al instante. No obstante, nuestra vida tiene puntos de referencia que situamos con exactitud en una escala reconocida por todos y a los que ligamos nuestro pasado inmediato o lejano ... Es una condición necesaria de la vida de las sociedades y de la vida de los individuos en sociedad. Este tiempo socializado es el del calendario ... [es] fundamento de la vida de las sociedades."
3. "... ¿qué hay del tiempo lingüístico? ... Una cosa es situar un acontecimiento en el tiempo crónico, otra cosa es situarlo en el tiempo de la lengua ... Lo que tiene de singular el tiempo lingüístico es que está orgánicamente ligado al ejercicio de la palabra, que se define y se ordena como función del discurso ... Este tiempo tiene su centro -un centro generador y axial a la vez- en el presente de la instancia de la palabra. Cuanta vez un locutor emplea la forma gramatical de 'presente' (o su equivalente), sitúa al acontecimiento como contemporáneo de la instancia de discurso que lo menciona ... El locutor sitúa como 'presente' todo lo que implica como tal en virtud de la forma lingüística que emplea. Este presente es reinventado cuanta vez un hombre habla porque es, al pie de la letra, un momento nuevo, no vivido aún ... Este presente ... se desplaza con el discurso ... en realidad el lenguaje no dispone sino de una sola expresión temporal, el presente, y que éste, señalado por la coincidencia del acontecimiento y del discurso, es por naturaleza implícito ... Por el contrario, los tiempos no presentes, ellos sí siempre explicitados en la lengua, a saber, el pasado y el porvenir, no están en el mismo nivel del tiempo que el presente ... La lengua debe por necesidad ordenar el tiempo a partir de un eje, y éste es siempre y solamente la instancia de discurso."
El tiempo lingüístico, entonces, se instaura en cada acto de palabra, cada situación nueva de discurso, cada vez que un locutor habla. Los demás tiempos, los que recubren la experiencia
1 Revista de la Educación del Pueblo, Nº 94, mayo – junio 2004, Montevideo
pasada y la proyección de lo que vendrá, sólo tienen sentido con relación a ese eje generador (el yo en su aquí instaura un presente). Si el presente tiene un estatus fundacional (en el sentido de que funda un origen respecto del cual las demás formas verbales tienen sentido) en cada acto discursivo, los demás tiempos lingüísticos son de estatus inferior: deben su existencia en relación al presente y gracias a él.
La distinción entre tiempo lingüístico y tiempo crónico no es entonces caprichosa. Una novela que sitúa su acción en el año 1825 puede empezar muy bien diciendo: "Corre el año de la Independencia ..." Para un lector contemporáneo, este hecho es pasado, pero los tiempos lingüísticos que se instauren en la narración dependerán, sin duda, de este presente del narrador (1825 es presente para quien está narrando y pasado respecto del lector2). Cada locutor que instaure un presente, instaurará con él, todo un eje de relaciones.
Esta observación ya fue hecha por Bello al presentar su modelo temporal y el presente, el eje lingüístico que es conocido como presente, toma en su descripción el nombre de acto de la palabra3.
SIGNIFICADO4 DE LOS TIEMPOS
Es importante, antes del análisis del significado de los tiempos del Modo Indicativo según Bello, explicitar claramente cuál es su criterio para ordenar, describir e incluso nombrar dichos tiempos.
La primera distinción que reconoce este autor es la que existe entre las formas simples y las compuestas:
"Las simples son meras inflexiones del verbo, como leo, lea, leyera. Las compuestas son frases en que está construido el participio sustantivado del verbo con cada una de las formas simples de haber como he leído, habías leído, hubieras leído; el infinitivo del
2 No profundizaremos aquí sobre la diferencia entre autor y narrador. Pero tengamos en cuenta que el narrador es un personaje que el autor puede crear a su antojo, con las caracterizaciones que su ficción lo exijan. El narrador podrá ser un niño, un viejo, un asesino, etc. Por la misma razón el autor tiene la potestad de ubicar a dicho narrador en el tiempo que más le convenga. La ficción no tiene otra ley que la que su mundo le impone.
3 En este sentido el acto de la palabra no es simplemente el momento en que alguien habla: es un punto de referencia que permite al interlocutor interpretar los tiempos verbales a él referidos.
4 Cuando hablamos de significado de los tiempos entendemos que las formas verbales no indican meramente la noción de pasado, presente y futuro. Este significado es sistémico y está en relación con los demás significados de la lengua. Es por esto que no existen las mismas formas verbales en las diferentes lenguas. Tampoco existe la posibilidad de significar exactamente lo mismo desde el punto de vista temporal en dos lenguas distintas. Es por esto que la traducción resulta un hecho tremendamente complejo.
verbo con cada una de las formas simples de haber, mediando entre ambos elementos la preposición de, como he de leer, habías de leer, hubieran de leer; o el gerundio del verbo con una de las formas simples de estar, v. gr. estoy leyendo, estaría leyendo, estuviésemos leyendo. Haber y estar se llaman, por el uso que se hace de ellos en estas frases, verbos auxiliares." (ibid.: § 617, el destacado es nuestro).
Sin embargo, parece relevante detenernos ahora en la nomenclatura que elige este autor en su gramática. En efecto, y, como él mismo lo dice, el cambio que introduce, lejos de ser una actitud caprichosa, explicita la significación de cada forma de manera "clara y precisa" (ibid.: nota XIV).
El eje del que parte para esta nueva nomenclatura es el acto de la palabra5. Los nombres que adquieren las formas verbales reflejan la relación que estas significan respecto de dicho acto de la palabra.
Estos pueden expresar una relación simple de coexistencia6, anterioridad o posterioridad
respecto del mismo o combinaciones de dos o más de estas relaciones (ibid.).
Cuando la relación es una, Bello les asigna simplemente los nombres de presente,
5 El acto de la palabra es conocido, en la teoría lingüística de este siglo como momento de la enunciación (cf. por ejemplo con Emile Benveniste (1979), "El aparato formal de la enunciación" en Problemas de lingüística general II, Siglo XXI, Buenos Aires). Sin embargo, nos parece adecuado remitir aquí, a los artículos sobre el pronombre de esta misma revista en donde hemos tratado de explicar en qué consiste el campo mostrativo del lenguaje. Específicamente se debería reparar en donde Bühler habla de la condición de origen establecida por un sistema de coordenadas que se manifiestan a través de un aquí, un ahora y un yo. En términos generales, esta condición de origen remite a un yo que profiere un acto de enunciación e instaura un presente desde el cual se miden todos los demás tiempos lingüísticos, relativos respecto del momento de la enunciación. Cada vez que el acto de la palabra cambia, cambia también el punto desde el cual se miden los tiempos lingüísticos relacionados con él como apuntábamos más arriba.
6 La palabra coexistencia no es tampoco caprichosa. El presente está conceptualizado como un lapso más o menos amplio de tiempo dentro del que cae el acto de la palabra, es decir, que con la palabra coexistencia se evita expresamente la palabra coincidencia. En un enunciado como
Hoy estoy realmente cansado
el momento de la palabra coexiste con hoy/estoy pero no coincide con él, por ser aquel mucho más extenso:
AP
------------------------------------------╬--------------------------------------------------------------
----------ESTOY--------
------------------------------HOY------------------------------
pretérito y futuro:
RELACION SIMPLE
presente
(coexistencia)
canto
AP
pretérito<---------------------╬---------------------->futuro
(anterioridad) (posterioridad)
canté cantaré
Cuando la relación es doble, Bello les antepone un prefijo que explicita en qué sentido se da la relación; elige ante-, para indicar anterioridad, co-, para indicar coexistencia y pos- para indicar posterioridad. De esta manera, todos los elementos de su nomenclatura guardan relación entre sí:
RELACION DOBLE
presente
pretérito<---------------------------╬----------------------------------->futuro
(anterioridad) (coexistencia) (posterioridad) canté canto cantaré
ante-pret. co-pret. pos-pret. ante-presente ante-futuro
hube cantado cantaba cantaría he cantado habré cantado
Por último, si la relación es triple, se sigue el mismo criterio:
RELACION TRIPLE
presente
pretérito<---------------------------╬----------------------------------->futuro
(anterioridad) (coexistencia) (posterioridad)
canté canto cantaré
ante-pret. co-pret. pos-pret. ante-presente ante-futuro
hube cantado cantaba cantaría he cantado habré cantado
ante-co-pret. ante-pos-pret.
había cantado habría cantado
Con esta nomenclatura, Bello pretende explicar el "sucesivo enlace de los elementos" (ibid.) y mostrar el paradigma verbal del español como "un verdadero sistema" (ibid.).
SIGNIFICADOS
FORMAS SIMPLES: las tres formas fundamentales
El presente:
"Significa la coexistencia del atributo7 con el momento en que proferimos el verbo." (ibid.:§ 623).
Siento frío
Según Bello, el presente expresa una relación simple porque su significado temporal supone la coexistencia de los hechos, procesos o estados con el momento de la palabra, es decir, ellos tienen una relación simple con este. En el ejemplo el hablante profiere el enunciado en un momento que coexiste con el hecho de sentir frío. Sin embargo, se puede observar que ya sentía frío antes de decirlo y probablemente lo seguirá sintiendo después, es decir, el proceso aludido es más extenso que el acto de mentarlo por un enunciado. Los hechos más que coincidir, coexisten:
7 Bello llama atributo a lo que tradicionalmente se entiende como predicado.

línea A P
del --------------------------╬--------------------------
tiempo ↓↓↓↓↓↓↓↓↓↓↓↓↓↓↓↓↓↓↓↓↓↓
--------siento--------
El pretérito:
"Significa la anterioridad del atributo al acto de la palabra." (ibid.: § 624)
El pretérito también mantiene una relación simple con el acto de la palabra. Sin embargo, para explicar dicha relación, Bello presenta también, la forma en que se comporta el significado temporal combinado con el significado léxico del verbo en cuestión8. Para ello clasifica los verbos en desinentes y en permanentes.
Son desinentes aquellos verbos en los que "el atributo, por el hecho de haber llegado a su perfección9, expira ..." (ibid.: § 625). Es así que un verbo como dije es desinente en la medida en que el hecho de mentarlo presenta el acto como concluido. Lo dicho quedó dicho inevitablemente en el pasado y no se proyecta a otro dominio sino colateralmente.

línea A P
del --------------------------╬--------------------------
tiempo ↓↓↓↓↓↓↓↓↓↓ X
-dije-
Llama, por su parte, permanente a aquel que cuando llega a su perfección "subsiste durando" (ibid.). Un verbo como supe tendría entonces estas características:
8 Algunos autores incluyen ciertos aspectos del significado léxico del verbo en lo que se ha dado en denominar la aktionsart, o modo de acción. Sería un aspecto verbal expresado por el significado que está su base o raíz.
9 Se llama perfección al momento en que el proceso se completa.
Supe que me habías traicionado

línea A P
del --------------------------╬--------------------------
tiempo X ↓↓↓↓↓↓↓↓↓↓↓↓↓↓↓↓↓↓↓↓↓
supe-----------------------------------------------------
El hablante ubica su conocimiento de la traición en un momento anterior a la palabra, sin embargo los efectos permanecen, es decir, aún sigue sabiéndolo.
El futuro:
"Significa la posterioridad del atributo al acto de habla" (ibid.: § 627).
Mañana partiré para el campo.

línea A P
del -------------------------╬---------------↓---------
tiempo -partiré-
Como veremos más adelante, en próximas entregas, el futuro es por definición lo que todavía no ha acontecido. De este significado se van a desprender determinados valores modales de posibilidad, es decir, lo que todavía no es, es solamente posible.
Para Rojo, como veremos en próximas entregas, la anterioridad, la simultaneidad y la posterioridad son las tres relaciones básicas de nuestro sistema. En Bello aparecen expresadas en un primer nivel, el nivel de las relaciones simples. En próximas entregas, también, explicaremos las demás formas del modo indicativo, las que se refieren al nivel de las relaciones dobles y las que se refieren al nivel de las relaciones triples. De estos tipos de relaciones se desprenderán, además, significados fundamentales, secundarios y metafóricos en las formas verbales. Estos irán siendo desentrañados con sumo cuidado para que el lector pueda ir apreciando los matices significativos que los hablantes de español solemos hacer.
BIBLIOGRAFÍA
Alarcos, E. (1970) 1972, 1984. Estudios de gramática funcional del español, Gredos, Madrid.
Alarcos, E. 1994. Gramática de la Lengua Española, Espasa Calpe, Madrid.
Bello, A.; R. Cuervo (1847) 1970. Gramática de la lengua castellana, (Edición corregida, aumentada y prologada por Niceto Alcalá Zamora y Torres). Buenos Aires, Sopena.
Benveniste, E. (1966) 1979. “El aparato formal de la enunciación” en Problemas de lingüística general, Siglo XXI, Buenos Aires.
Ducrot, O. Y T. Todorov, (1972) 1974 Diccionario enciclopédico de las ciencias del lenguaje Siglo XXI. Buenos Aires.
Cartagena, N. 1976. “Estructura y función de los tiempos del modo indicativo en el sistema verbal del español” en Revista de lingüística teórica y aplicada, Chile.
Hjelmslev, L. (1938) 1972. “Ensayos de una teoría de los morfemas” en Ensayos lingüísticos, Gredos, Madrid.
López García, A. 1990. “La interpretación metalingüística de los textos, modos y aspectos del verbo español: ensayo de fundamentación” en Tiempo y aspecto en español (Ignacio Bosque, ed.), Cátedra, Madrid.
Real Academia Española. 1973. Esbozo de una nueva gramática de la lengua española. Espasa Calpe. Madrid.
Rojo, G. 1990. “Relaciones entre temporalidad y aspecto en el verbo español” en Tiempo y aspecto en español (Ignacio Bosque, ed.), Cátedra, Madrid.
Rojo, G. y Alexandre Veiga. 1999. “El tiempo verbal. Los tiempos simples.” en Gramática descriptiva de la lengua española (Ignacio Bosque y Violeta Demonte, eds.), Espasa Calpe, Madrid

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